Llega la etapa reina de la Vuelta: una tortura diseñada por Purito
Después del día de descanso llegará la terrible etapa de Andorra, una de las más duras en la historia de la Vuelta a España. Purito Rodríguez es el responsable del recorrido.
El reclamo es insuperable: probablemente, la etapa más dura en la historia de la Vuelta. Un puerto de categoría especial, cuatro de primera y uno de segunda. Final en alto, naturalmente. Todo ello concentrado en 138 kilómetros disputados íntegramente en Andorra. “La jornada más corta y la más dura”, según definición de Purito, su diseñador. Etapas de autor. La idea es buena y podría culminar con una Vuelta entera diseñada por campeones españoles, cada jornada con una firma. Aquí lo dejo, señor Guillén. Ahora sólo debe encontrar a ciclistas imaginativos y cuadrar sus deseos con las ciudades postulantes.
Lo que sigue es preguntarse por qué Purito ha planificado un infierno de montañas que podría exceder sus condiciones como escalador. Sólo hay una respuesta: porque le va la marcha. Con otro trazado más suave hubiera sido acusado de dibujar una etapa en su casa y a su medida. Si gana, la hazaña no tendrá atenuantes. El precio a pagar son los comentarios que le dedicarán los ciclistas del pelotón: del “no somos cabras, Purito” al “tus muertos, Rodríguez”. Hasta que se les termine el aliento a todos.
Purito ha comparado la dureza de su trazado con el de la etapa reina del Giro 2011, que encadenaba en los últimos kilómetros el Passo Giau, el Passo Fedaia y la subida a Gardeccia. Entonces ganó Mikel Nieve, que hoy partirá a 2:11 del líder.
Si nos ceñimos a la Vuelta, sólo encontramos una etapa con mayor coeficiente de dureza (kilometraje entre desnivel acumulado). Se trata de la etapa reina de la Vuelta 1992, Vielha-Luz Ardiden (144 km). Los ciclistas escalaron sucesivamente Portillon, Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Luz Ardiden. Un coeficiente total de 31’25, superior a los 27’8 de hoy. Por cierto, venció Cubino, 19 segundos por delante de Rominger (campeón final). Perico perdió 1:43. Acabada la etapa, Delgado explicó sus sensaciones a Carlos de Andrés.
En principio, Nairo será quien acapare los focos. Es el único ciclista sobre el que se pronostica sol. Tras él destaca Fabio Aru, otro escalador puro. O Esteban Chaves. Sin perder de vista a Purito, el ideólogo del suplicio.
Para el líder será la prueba definitiva. Tom Dumuolin sabrá en Andorra qué tipo de corredor es, notable o excelso. Si no hay otros alicientes es porque no caben más en 138 km. Puro zumo de héroe concentrado.