Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

CICLISMO | RETO RED BULL

La primera etapa pirenaica del Tour de Francia, en fixie

Seabase intentará con una bici de piñón fijo hacer la etapa de de 1910 que ganó Lapize dejando el célebre: "¡Sois unos asesinos!": 14 horas y 300 kilómetros.

Patrick Seabase, entrenando en el descenso del Galibier.
Patrick Seabase, entrenando en el descenso del Galibier. RED BULL

En la primavera de 1910, Henri Desgranges, el padre del Tour de Francia, envió al periodista Alphonse Steinès a reconocer los Pirineos. Quería comprobar si por aquellos caminos por entonces plagados de lobos y osos se podría llevar al Tour de Francia, la bendita locura que había nacido en 1903.

Steinès se encontró el Tourmalet nevado a cuatro kilómetros de la cima y la ruta cortada, pero decidió seguir a pie sin el coche y el chófer que le acompañaba. Apareció casi congelado pasada la media noche en el pueblo de Bareges. Y cuando pudo, puso un telegrama: “Atravesado el Tourmalet. Muy buena ruta. Perfectamente transitable”. Y por allí, de Luchon a Bayona mandaron a los ciclistas un 21 de julio de 1910. Al pasar el Aubisque, un periodista le preguntó a Octave Lapize —a la postre ganador tras 14h:10—, cómo lo llevaba. Y este dejó una frase para la posteridad: “¡Sois unos asesinos, unos asesinos!”.

Ese recorrido de unos 300 km con pasos por el Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Aubisque y D’Osquich será el que intente este miércoles Patrick Seabase. El ciclista de Red Bull utilizará una bicicleta fixie. De piñón fijo sin cambios ni freno.

Para reducir velocidad, debe dar pedales en sentido inverso o bloquear la rueda trasera y derrapar, por lo que prevé desgastar al menos tres. Los pioneros del Tour como Lapize también iban con piñón fijo, pero en vez de un cuadro de carbono de 7 kilos montaban en máquinas de hierro de hasta 20 kg., con la bolsa de herramientas, la cubierta de recambio y la comida encima. Con jerseys de lana para caminos embarrados o polvorientos.

Seabase, un suizo de 31 años que intenta mezclar “desafíos deportivos y estética” planea emplear también unas 14 horas en los 300 km. Si lo consigue, tendrá mérito. Pero nunca podrá aproximarse a la heroicidad y la locura de Lapize y sus contemporáneos.