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GIRO DE ITALIA

Contador: “Supe sufrir en un mal día, yo nunca vi el Giro perdido”

Contador sufrió “una crisis de deshidratación” en la última etapa de montaña del Giro cuando Landa atacó: “No tuve un buen día ni buenas sensaciones, pero supe regular”.

Contador: “Supe sufrir en un mal día, yo nunca vi el Giro perdido”

—Certificó su segunda victoria en el Giro en una jornada en la que se le vio sufrir más que en el resto de días.

—Sí, por fortuna las cosas salieron bien y conservé la maglia rosa. La etapa se disputó a un ritmo muy exigente, el puerto de la Finestre es muy duro, donde debes mantener una buena cadencia, constante, y pagué todo el esfuerzo anterior. No tuve un buen día, ni buenas sensaciones. Simplemente regulé y supe sufrir. Las grandes vueltas se ganan en los momentos malos, de crisis. Conservé la tranquilidad y la calma. Sabía que no debía padecer ninguna crisis de hambre, me alimenté en el descenso y sufrí mucho para conservar la maglia. Se trata de un triunfo peleado desde el principio hasta el final.

—Fabio Aru consiguió la victoria en Sestriere y subirá al podio de Milán como segundo de la general. ¿Qué le ha parecido como adversario?

—Yo creo que hay poco que decir a estas alturas. Sólo me queda darle la enhorabuena por su excelente rendimiento durante las tres semanas. Ha sufrido mucho para completar un final de Giro más que increíble. Se habla mucho de ciclistas de futuro, pero Fabio ya es presente.

—¿Nunca vio la carrera perdida, aunque sus rivales se marcharan por delante?

—No, nunca. Analicé la situación y, con las diferencias que jugaban a mi favor, me exprimí y regulé. Quizá sea como un mecanismo de autocontrol. Si piensas que vas a recuperar en un kilómetro, luego te puede entrar la pájara. Preferí poner un piñón más alto y tener un ritmo bueno de pedaleo hasta la meta.

—¿Cómo definiría estos 21 días de competición? ¿Gastó más de lo que pensaba de cara al Tour?

—El Giro de Italia ha sido francamente muy exigente. Sabía que lo iba a ser así. Los finales en alto no han tenido pendientes tan exageradas o duras, pero sí lo fue el desnivel previo. Disputamos etapas muy rápidas y muy reñidas, con más desgaste del que me habría gustado. Ahora, es momento de descansar y de recuperar lo máximo posible. Desde esta noche tengo la cabeza en el Tour, en planificar de la mejor manera el asalto a este doblete, este desafío que tanta motivación me ha provocado.

—Pese a disponer de importantes nombres en el Tinkoff, como Rogers, Basso o Kreuziger, se le vio solo cuando se entraba siempre en las fases decisivas. ¿Le fallaron?

—No, para nada. Yo, cuando tengo unos compañeros así de entregados, que dan el cien por cien y más por mí, sólo puedo darles las gracias. Conservo esta maglia rosa gracias a su trabajo y a su dedicación. Quizá hubo momentos determinados en los que sí que estuve mano a mano con Astana. Sin embargo, fue porque rindieron a un nivel muy superior al resto. En cada jornada de montaña se quedaban un cincuenta por ciento de corredores de Astana en los grupos. Mis compañeros me han ayudado desde las concentraciones de pretemporada, sería injusto catalogar así este Giro.

—¿A qué se debió su mala ascensión en la Finestre? ¿No pudo con el puerto o hubo otros motivos?

—Fue una crisis de deshidratación. Parece mentira, ya que no había mucho calor, pero cuando me levanté comprobé que estaba bajo de peso. No le quise dar mucha importancia, aunque luego no bebí todo lo que debía.

—¿Algún mensaje para los tifosi que tanto le han apoyado?

—Únicamente que me siento muy agradecido por el cariño tremendo que me da Italia. Amo el país, esta maglia y esta ronda. Supone siempre un honor y un orgullo vestir de líder y poder celebrar otro título en Milán.

—En este Giro ha demostrado una mayor madurez y experiencia. Sin embargo, en los últimos días se le ha notado enfadado con Mikel Landa. ¿Por qué?

—Por mi parte no hay enfado con Landa. Cuando logró su victoria hablamos de la crono en la ceremonia del podio, de cuando yo le doblé. Sobre el Mortirolo, que cada uno saque sus propias conclusiones. En Verbania fue totalmente diferente. Un día se pasó a tirar y en otro ya tirábamos. En Cervinia hice la táctica que debía, controlé al ciclista más cercano en la general. Mi estrategia ha sido buena, ya que me ha permitido ganar. Ese pique con Landa me habría desgastado. Me alegro por él y por el ciclismo español.

—¿Cuenta tres Giros o dos por la sanción?

—Es mi tercera victoria, como para todos los que vivieron en la televisión o disputaron conmigo esa carrera.