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GIRO DE ITALIA | 16ª ETAPA

Exhibición de Contador en el Mortirolo y doblete de Landa

Una avería descolgó al líder antes del puerto, pero remontó en el coloso y remachó a Aru, a quien metió 2:13 en la meta. El vasco sí aguantó, ganó y es segundo a 4:02.

Alberto Contador y Mikel Landa ruedan con Stefen Kruijswijk.
EFE

Mikel Landa lo tenía claro en la previa del Mortirolo: “Si por mí fuera, salíamos a jugarnos todo por la maglia rosa, con Aru o conmigo”. ¿Aunque les costara el podio? “Como si terminamos el 25º. Somos jóvenes, quedan más oportunidades y habría que intentar dinamitar”. Mientras, su director, Giuseppe Martinelli, decía que firmaba los dos peldaños inferiores del cajón de Milán. Pese a disponer del bloque más sólido de este Giro, Astana frenó al vasco y facilitó la carrera a Alberto Contador al no mover ninguna pieza desde lejos. Martinelli, por cierto, confunde a sus ciclistas. Landa posaba para unas fotos con AS, cuando el técnico le llamó la atención para que se abrigara: “¡Fabio, tu chaqueta!”.

Sirva para ilustrar el desastre táctico de Astana: no buscó el segundo triunfo de Mikel Landa, ni nada de lo que ocurrió en una etapa excelente, con tensión, traiciones, castigo psicológico y desfallecimientos. La tan de moda Juego de Tronos. Porque Contador ofreció una exhibición en el Mortirolo después de que sus rivales se aprovecharan de un problema mecánico, y Landa arrebató el segundo puesto (a 4:02) a su líder, Aru (a 4:52). Una relación similar a la de Froome y Wiggins en la Vuelta de 2011 o el Tour de 2012. El escudero, mucho más fuerte, contenido ante las órdenes de equipo, con la cabeza girada a la espera de su capitán.

Recapitulemos. Contador se quedó cortado en el descenso de la primera pasada por Aprica. El madrileño pinchó y el Katusha no paró, ya que Trofimov aspira al podio y Aru, Landa y Amador también se descolgaron debido a una caída de Malacarne. Reunidos rusos y kazajos en el mismo grupo, los gregarios del Tinkoff explotaron en la persecución. Boaro y Kreuziger dejaron a su jefe a 50 segundos de Landa y Aru en la base del Mortirolo. Contador arrancó en solitario, tomó aire de manera escalonada (Antón le ayudó a enjugar 20 segundos), y se plantó junto al dúo de Astana y Kruijswijk con una tremenda suficiencia, en apenas cuatro kilómetros.

Durante toda la ascensión se vio que Aru no iba fino, así que Contador atacó en cuanto pudo. Con Kruijswijk por delante, Landa, con vía libre, se desentendió del sardo y saltó a rueda del rosa. Para empeorar su situación de crisis, Aru cambió la bicicleta en la bajada por avería y perdió la estela de Amador. Y si en el Mortirolo sucedieron muchísimas cosas, en Aprica no hubo emoción: Landa remachó a Contador y Kruijswijk a cuatro kilómetros de la meta y logró su segunda victoria. No le sentó bien al líder de la ronda, que señaló al neerlandés como el mejor del día: “Chapeau. Y para lo que necesite Steven, me tendrá”. La ceremonia de la maglia le calmó: “Recordaré la etapa siempre, ojalá la disfrutaran los aficionados y se guarde para la historia”.