Weening se impone en Sestola y Pozzovivo recorta tiempo a Evans

Segundo round montañoso en el Giro... y peores sensaciones que en el primero. Procedentes de la fuga, Pieter Weening superó a Davide Malacarne en la ascensión a Sestola, y sólo Domenico Pozzovivo lo intentó entre los aspirantes a la general. Eso sí, el menudo escalador del Ag2r (1,65 de altura, 31 años) obtuvo un botín de medio minuto gracias a su valentía. El arreón a tres kilómetros de la meta le reportó los 4 segunditos de bonificación como el tercero de la etapa, más 26 de ventaja sobre Evans, Urán, Majka, Quintana o Kiserlovski. Menos es nada, y en una Corsa Rosa donde de momento prima la vulgaridad, el italiano pasó a la cuarta plaza ante la permisividad del resto de los gallos.

Aunque estaba claro que Sestola, una subida de segunda categoría (16 kilómetros al 5,5% de pendiente media), no iba a producir ninguna escabechina, tampoco se esperaba que el pelotón se tomara con tanta calma estos dos días de Apeninos. Bien por los golpes recibidos en las Irlandas, Bari o Montecassino, bien por la fatiga y el mal tiempo, o bien por simple gestión de fuerzas por lo que llegará en la última semana, la carrera no ha deparado pelea, sino descarte puro y duro. Y el rocoso Evans, con 57 segundos sobre Urán, 1:10 con Majka, 1:20 a Pozzovivo y 1:45 a Quintana, se encuentra a sus 37 primaveras en una cómoda posición, sin haber sido apenas exigido, más una contrarreloj de 41,9 kilómetros y otra cronoescalada de su lado.

Mientras, Orica sumó su tercer triunfo en el presente Giro por medio de Weening, un corredorazo todoterreno. La estructura australiana tomó antes Montecassino con Matthews y se anotó la crono por equipos. También vistieron de rosa a Tuft y al propio Matthews. El espigado neerlandés (1,86, 33 años) ya lució la maglia de líder en 2011, edición en la que logró su primera victoria en Italia. Obtuvo el doble premio en la bella Orvieto, después de completar una dura jornada con tramos de sterrato. En el Tour ha conquistado otra etapa, en 2005. Este lunes podrá disfrutar en el segundo día de descanso. Y el resto, a recargar pilas para que la prueba no resulte tan monótona en próximas citas comprometedoras.