El que nació en Parets cumple 35 este lunes, 12 de mayo. El que vino al mundo en Tunja hizo 24 el 4 de febrero. Así que habrá once años de diferencia entre Purito Rodríguez y Nairo Quintana, español y colombiano, en este Giro. Pese a la diferencia de edad, los dos, principales favoritos a inscribir su nombre en el Trofeo Senza Fine, parten en Belfast con el mismo objetivo: ganar su primera grande.

Purito se presenta con dos victorias, una etapa y la general de la Volta, y una semana aciaga en las Ardenas: se cayó dos veces y sufrió un fuerte golpe en el pecho. “Me siento listo para aspirar a lo máximo”, dice. Nairo también llega con dos muescas: triunfo parcial y general en San Luis. Escaso bagaje, pero ambos han enfocado la preparación para rendir a tope en la Corsa Rosa.

Tras ellos, Evans, Urán, Pozzovivo, Scarponi, Cunego, Basso, Dan Martin, Roche, Majka y Niemiec aparecen en las quinielas de periodistas y casas de apuestas como las opciones más sólidas a ocupar un puesto en el cajón de Trieste, el 1 de junio. Se trata de un abanico de muy buenos corredores, con podios y victorias en las tres grandes, pero no de estrellas del pelotón actual.

Recorrido. El trazado, con nueve metas en alto, una contrarreloj por equipos, otra individual (de 41,9 km, molto impegnativa, con dos puertos) y una cronoescalada, resulta ideal para escaladores y fondistas. La última semana, con Valsugana, Grappa y Zoncolan, elegirá al sustituto de Nibali (ausente y centrado en el Tour) en el palmarés.

“El recorrido me favorece. Ojalá pueda sacarme algunas espinitas”, recuerda Purito. El catalán perdió el Giro de 2012 por 16 segundos respecto a Hesjedal: “En esta prueba sólo alcanzas el éxito día a día”. Conocida la receta, falta cocinar la carrera. Y a cualquier candidato al que se le pregunte, responde lo mismo: lo primero, no perder el Giro en Irlanda. El mal tiempo y el nerviosismo de las jornadas iniciales impone respeto.

Para comenzar, crono por escuadras de 21,7 kilómetros en las calles de Belfast, llana y sin excesivas complicaciones, excepto por la lluvia prevista. La ciudad, duramente golpeada por el Conflicto de Irlanda del Norte, se ha vestido de rosa y su gente ofrece su mejor cara. Una sonrisa similar desean lucir en Trieste Purito Rodríguez y Nairo Quintana.