Froome ganó el Criterium de Saitama ante 200.000 personas

Japón es otra cosa. La población de Saitama disfrutó del Critérium organizado por el Tour como si fuera el acontecimiento del año. En el interior y los alrededores del Super Arena, donde la Selección española ganó su primer Mundial de baloncesto en 2006, se montaron stands de comida, de material de ciclismo, de equipos de fútbol (Urawa Reds y Omiya Ardija, ambos de la Japan League) y de casi cualquier producto con posibilidades de promoción. Tampoco faltaron los aficionados disfrazados, las mascotas y los cosplay de Power Rangers, Pokemon o Caballeros del Zodíaco. Los japoneses son personas educadas y entregadas. La carrera que gestionó ASO fue un rotundo éxito.

El reclamo de la prueba sirvió para congregar en el centro de Saitama a miles de espectadores (se calcularon más de 200.000). El viento y la lluvia, que golpearon con fuerza durante buena parte del día, no les importó. Si ASO quería contagiar la pasión por el ciclismo en Japón y abrir nuevas oportunidades de negocio y calendario, desde luego que lo consiguió. Ayudaron las imágenes de medio pelotón en una sesión de sumo en la previa. Los medios de comunicación locales se volcaron con programaciones especiales: cobertura en directo en caso de radios y televisiones, y online para las páginas web. Se acreditaron 220 periodistas.

Con el gancho de los vigentes dominadores del Tour, Chris Froome, y del mundo, Rui Costa, más el campeón nipón, Yukiya Arshiro, se metieron al público en el bolsillo. Sus tres nombres bastaron (aunque también participaron Sagan, Kittel, Valverde, Castroviejo, Basso, Porte, Riblon o Gerrans), porque en Japón tampoco dominan mucho sobre este deporte.

En las dos mangas de puntuación vencieron corredores japoneses, lo que provocó que el júbilo se desatara: primero, por Yusuke Hatanaka (28 años, del Shimano); después, por Yasuharu Nakajima (28, del Asian Racing). Como era de prever, en la carrera que cerró el evento, de 54 km, se impuso Chris Froome. Un ‘ataque’ de Rui Costa en la última vuelta propició que se jugaran el título Sagan (segundo), el portugués (tercero) y el británico, que se marchó en solitario en el kilómetro final. Así se expresó Froome: “Es un honor traer el amarillo a este maravilloso país y lograr el título”. Saitama, organizadores y ciclistas terminaron encantados con la experiencia.