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CICLISMO | CLÁSICAS

Purito conquista Lombardía y se corona número uno mundial

El catalán ganó por segundo año consecutivo el Giro de Lombardía, un monumento del ciclismo, y desbancó a Froome del ranking World Tour. Valverde fue segundo.

Purito Rodríguez celebra su segunda victoria consecutiva en el Giro de Lombardía.
AFP

Una semana después del Mundial, no hubo lágrimas amargas, si acaso de alegría. En Lecco, a 355 kilómetros de esa Florencia donde había acariciado el maillot arcoíris, Purito Rodríguez conquistó el Giro de Lombardía por segundo año consecutivo, la última gran carrera del año, la Clásica de las Hojas Muertas, uno de los cinco Monumentos del ciclismo. Su victoria, además, vino acompañada de un premio extra: desplaza a Chris Froome del número uno del World Tour, que ya dominó en 2010 y 2012, a falta de una cita: el Tour de Pekín. Curiosamente, un día después de que Rafa Nadal subiera al altar del tenis. Otro destello del deporte español.

Clasificación

Clasificación:  1. Purito Rodríguez (Katusha), 6h 10:18  2. Alejandro Valverde (Movistar) a 00:17  3. Rafal Majka (POL-Saxo) a 00:23  4. Daniel Martin (IRL-Garmin Sharp) a 00:45  5. Enrico Gasparotto (ITA-Astana) m.t.  6. Dani Moreno (Katusha) a 00:55  7. Pieter Serry (BEL-Omega) m.t.  8. Franco Pellizotti (ITA-Androni) m.t.  9. Ivan Santaromita (ITA-BMC) m.t. 10. Robert Gesink (HOL-Belkin) m.t.

La victoria de Purito fue muy similar a la que conquistó el año anterior. Quizá con menos lluvia, aunque el mal tiempo también apareció. Lombardía es el otoño del ciclismo. A 500 metros de la cima de la Salita di Ello (3,2 km a 7,4%), el catalán lució esa arrancada que tantas victorias le ha deparado. Purito es el rey de las cuestas. Alejandro Valverde probó a seguirle, pero no pudo. Faltaban 10 kilómetros. Ya en el descenso, el murciano se marchó en solitario detrás. Eran los mismos protagonistas que en Florencia, pero ahora defendían diferentes maillots. Valverde no pudo echarle mano y entró segundo. El podio lo completó el polaco Rafal Majka.

La carrera había saltado por los aires en el Muro di Sormano y sus rampas de hasta el 27%. Vincenzo Nibali ya había dejado la carrera por caída, igual que le ocurriría luego a Rigoberto Urán. Fue una clásica dura y accidentada, y solo terminaron 54. En esta ascensión dictó su ley el Movistar, que luego lanzó en el descenso a Nairo Quintana y Valverde, en un movimiento tan temerario como valiente cuando aún restaban 80 km. Entre los perseguidores ya no estaba Alberto Contador, acalambrado.

Al dúo Quintana-Valverde se fueron uniendo Gasparotto, primero, y Santaromita y Caruso, después. Pero el grupo cazador, que ya se iba recomponiendo por detrás, no iba a permitir semejante alegría. Fue entonces, con el quinteto ya a la vista, cuando saltó con osadía Thomas Voeckler, rebasó a los destacados y se marchó en solitario. Bendita locura.

El francés llegó a tener tres minutos a 40 km, pero al final fue absorbido a 11 km, ya en la Salita di Ello, por el impulso, entre otros, de Vicioso y Caruso, que trabajaban para Purito, y del campeón del mundo, Rui Costa, que lo hizo para Valverde antes de descolgarse y dejar la labor a Visconti… Sí: el portugués trabajó para su todavía líder Valverde. Se le puede sacar punta, pero era lo lógico. El pulso Katusha-Movistar estaba servido. Y se lo llevó Purito, el número uno mundial.