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PARÍS-ROUBAIX

Triplete de Fabian Cancellara

El ciclista suizo se impuso a Vanmarcke en el velódromo y sumó así su tercera París-Roubaix (2006 y 2010) y su segundo doblete Flandes-Roubaix (2010).

EL REY DEL ADOQUÍN. Fabian Cancellara encabeza un grupo por un sector de pavés, camino de su tercera victoria en la París-Roubaix.
PASCAL ROSSIGNOLREUTERS

La 111ª edición de la París-Roubaix era la de Fabian Cancellara contra el mundo. Y ganó Fabian Cancellara. Tras su exhibición hace una semana en el Tour de Flandes, no cabía otro pronóstico. Espartaco siguió su guión al dedillo y sólo dudó en el de­senlace, porque Sep Vanmarcke le apretó hasta el velódromo. Allí, el suizo le batió al sprint y sumó su tercer triunfo en Roubaix (2006 y 10), que también es su segundo doblete con Flandes (2010). Sólo el ausente Tom Boonen, que repitió en 2005 y 2012, lo ha conseguido también en dos ocasiones.

Vanmarcke se había impuesto el año pasado en el sprint de la Het Nieuwsblad a Boonen y Flecha. No era un acompañante cómodo. El belga de 24 años se marcó un 'Sagan' en los últimos kilómetros: es decir, como hizo el eslovaco en Flandes, dio relevos a un rival superior. No sabemos si al final pagó el gesto, pero lo cierto es que cedió en la llegada.

Como decíamos, Cancellara escribió el guión. A 50 km, en Orchies, hizo una limpia. Y en el siguiente sector, el duro Mons-en-Pevele, se produjo la selección. Ya a 40 km se formó una fuga que iba a ser importante: Vandenbergh, Gaudin, Langeveld y el propio Vanmarcke. A 31 km, el cuarteto aventajaba en 12 segundos a un grupo con Flecha; en 20" a otro con Cancellara, y en 50" al ya casi eliminado Chavanel. Y fue justo ahí cuando comenzó el show Espartaco. Salió silbando a por el grupo precedente. A 20 km decidió cribar más, pero Stybar, el doble campeón del mundo de ciclocross, aguantó a su rueda.

Aficionados. Cancellara y Stybar enlazaron con Vandenbergh y Vanmarcke, que aún iban en cabeza. Entraron al decisivo Le Carrefour de l'Arbre. Y la porción de suerte que siempre es necesaria en la París-Roubaix, tomó forma de público animoso y eliminó a dos. Primero, Vandenbergh chocó con un aficionado y sufrió una aparatosa caída. Luego, otro espectador desequilibró a Stybar, que ya no pudo enlazar.

La carrera quedaba en un mano a mano que se llevó Espartaco. Tras la meta, se desfondó. La media había sido de 44,190 km/h. Brutal. Casi no podía andar camino del podio. El suizo había logrado una nueva gesta. Su tercera París-Roubaix y su segundo doblete del adoquín.

Terpstra completó el podio. Flecha acabó octavo. Volvió a estar arriba, pero no pudo rendir homenaje al fallecido Poblet. Son los únicos españoles que conocen el podio de Roubaix.