La tiránica victoria de Fabian Cancellara en el Tour de Flandes dejó una conclusión a una semana vista: Espartaco es también el gran candidato, casi único, para adjudicarse (por tercera vez) la París-Roubaix.

Tom Boonen, que comparte el récord de cuatro triunfos con Roger de Vlaeminck en Roubaix, se quedaba por los suelos flamencos en una caída que le fracturó una costilla.

Así, el pronóstico parece tan claro, que un duende travieso quiso poner dosis de incertidumbre. Cancellara se ha caído dos días consecutivos esta semana: el miércoles en la Scheldeprijs y el jueves en un entrenamiento. Los accidentes y las averías también juegan (y mucho) sobre el adoquín. Y ahí es donde Espartaco puede dejarse sus opciones: “Las caídas sufridas no son una situación ideal. En Roubaix siempre necesitas una porción de suerte”.

Además de la fortuna, detrás de Cancellara hay un grupo de aspirantes entre los que está Flecha, tres veces podio (2005, 07 y 10). La experiencia está en sus piernas: igual que en las de Hushvod, Chavanel o Pozzato. Flecha es catalán como Poblet, el primer español que subió al podio del pavés. La dedicatoria es fácil.