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OPERACIÓN PUERTO

Eufemiano Fuentes rechazó trabajar con clientes de Ferrari

El médico reveló a Jaksche en una conversación telefónica que Saiz le pidió que tratara a Vinokourov y Kashechkin, pero declinó porque en mayo ya no había garantías de éxito.

Llegada de Eufemiano Fuentes a los juzgados de lo penal donde comienza el juicio por la Operación Puerto.
LUIS SEVILLANOEL PAÍS

Durante su declaración ante la juez, Jesús Manzano definió a Eufemiano Fuentes como alguien que llegaba a los hoteles “con su flamante Porsche”. La cita derivó en un chiste sobre el canario en las redes sociales: “Va en Porsche para no hacer publicidad a la competencia”. En alusión, claro, al doctor Michele Ferrari. Y en esos mismos símiles automovilísticos se movió Eufemiano el 16 de mayo de 2006 en una conversación en inglés con el ciclista Jorg Jaksche, en la que aludía al médico italiano.

Eufemiano le dice al alemán: “Tuve una reunión con el jefe y tú tenías razón: quería que trabajara con el vino español de Rioja. Pero le dije que en este momento era imposible, que si quería podíamos hablar en el futuro. Es demasiado tarde. Si trabajo ahora no tendría éxito y prefiero que la escudería italiana tenga la responsabilidad: el éxito o el fracaso”.

Fuentes utiliza su lenguaje habitual en clave: el “jefe” es Manolo Saiz; el “vino” es Vinokourov; y la “escudería italiana” es el médico Ferrari...

Eufemiano sigue con las alusiones a la Fórmula 1: “Le dije (a Saiz) que mi escudería ni siquiera me permitía hablar con él si no me pagaba, que prefería estar enfadado con él que con mi gente”. Y también a la gastronomía: “Además, esta reunión era una escala, porque ahora se va cerca de donde yo vivo (a Tenerife), donde el jefe de la escudería italiana está con el gran vino (Vinokourov) y con el vino normal (Kashechkin)”.

Según Fuentes, Saiz “no está contento” con Ferrari. Y ahí aflora la vanidad, cierto pique, la competencia real: “El jefe de la escudería tiene buenos alumnos, como ese alumno que ganó siete premios. A veces es mérito del profesor, pero a veces son los alumnos quienes le hacen bueno”.

Los “siete premios” se refieren, lógicamente, a los siete triunfos en el Tour de Lance Armstrong, un muro ante el que chocaron siempre los ciclistas tratados por Fuentes, con Jan Ullrich e Ivan Basso al frente.

El nombre de Armstrong surgió ayer otra vez en el juicio. Días después de su detención, Eufemiano recibe una llamada de Carlos Pérez, excoordinador del Kelme, para comentarle un reportaje que asegura que Fuentes se reunió en Canarias con Lance. “No es verdad, pero voy a decir que sí”, le responde Fuentes.

Saiz también tanteó a Eufemiano sobre cuántos ciclistas de su equipo estaba tratando. “Le dije que probablemente ya lo sabía. Me preguntó si os estaba ayudando y le respondí que poco, porque me pagabáis poco. No le di toda la información”, cuenta Eufemiano a Jorg Jaksche, uno de ‘sus’ ciclistas del Liberty, junto a Marcos Serrano, Ángel Vicioso, Unai Osa o Michele Scarponi.

Jaksche había pasado por Madrid tres días antes de esta conversación, y recibió la visita de Eufemiano en la habitación 605 del Hotel Puerta de Madrid, previa llamada: “¿Estás preparado para uno o dos trabajos? ¿Quieres dos? ¿O uno y medio”.

Eran días muy ajetreados para Eufemiano, con varios de sus ciclistas en el Giro, como se sigue extrayendo de otras audiciones de ayer. “Felicidades”, le dice a Rudicio, el apodo de Rudy Pevenage, mentor de Jan Ullrich, ganador de la crono de Pontedera. O se pierde en palabras malsonantes, en italiano, cuando descubre que Scarponi ha roto la bicicleta y ha perdido cinco minutos en una etapa...