El perito de Fuentes sucumbe al interrogatorio de la acusación

OPERACIÓN PUERTO

El perito de Fuentes sucumbe al interrogatorio de la acusación

El perito de Fuentes sucumbe al interrogatorio de la acusación

JAVIER GANDUL

DIARIO AS

Antonio Rico Revuelta ha terminado admitiendo que Eufemiano Fuentes no cumplía los requisitos exigidos por la ley para practicar transfusiones.

El exsubdirector del banco de sangre de la Cruz Roja en Canarias, Antonio Rico Revuelta, que ha declarado como perito en el juicio de la Operación Puerto a propuesta de la defensa de Eufemiano Fuentes, ha terminado admitiendo que éste no cumplía los requisitos exigidos por la ley para practicar transfusiones.

Así lo ha reconocido Rico, director del centro médico de Canarias en el que Fuentes presta sus servicios y que también fue director general de Seguridad y Emergencias del archipiélago, durante el turno de interrogatorio de las acusaciones.

A preguntas de la abogada del Estado, que ha repasado todos los puntos exigidos por el Real Decreto 1088/2005, que regula el sistema de transfusiones en España y establece los requisitos de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión, Rico ha terminado diciendo que en las prácticas de Fuentes "algunas normas médicas pueden no estar cumplidas".

La norma exige que antes de una autodonación se realicen pruebas analíticas para determinar el grupo sanguíneo y detectar posibles agentes infecciosos, entre los que cita la sífilis, la hepatitis B y C, el virus del SIDA, además de las necesarias "para detectar portadores de otros agentes infecciosos en determinados donantes por sus circunstancias epidemiológicas concretas".

A preguntas de la abogada del Estado, el perito -que había comenzado diciendo que, en su opinión, Fuentes cumplía las normas médicas, aunque no las administrativas- ha acabado admitiendo que el médico canario no atendió a casi ninguno de los requisitos exigidos.

Así, ha reconocido que ni se determinaba el grupo sanguíneo del donante, ni se hacían las pruebas para detectar enfermedades infecciosas, ni existían documentos donde constara el consentimiento informado de los deportistas que se sometían a extracciones y reinfusiones de sangre.

El perito también ha reconocido que, en la documentación que obra en la causa, no ha podido encontrar los motivos médicos por los que Fuentes consideraba necesario realizar las transfusiones, pese a que la ley dice que éstas solo se harán "por prescripción médica".

Sobre la identificación de las bolsas mediante un código que solo el médico canario era capaz de interpretar, Rico ha dicho que "debería tener un sistema que pasara a otra persona" en caso de necesidad, pero que no entrañaba más peligro que el hecho de no poder utilizar la sangre en ausencia de Fuentes.

"¿A la vista de estos incumplimientos, cree que el almacén de sangre de Eufemiano Fuentes cumplía los requisitos de seguridad establecidos en el Real Decreto 1088/2005?", ha preguntado la abogada del Estado, a lo que el experto ha respondido: "No". Rico ha admitido también que cometió un error al decir que los frigoríficos que éste tenía estaban homologados para conservar sangre.

"Me confundí", ha reconocido Rico cuando la abogada del Estado le ha preguntado por qué puso en su informe que los frigoríficos en los que la Guardia Civil intervino más de doscientas bolsas de sangre y de plasma estaban "homologados" para su conservación cuando no contaban con un sistema que garantizara que se mantuviera la temperatura en caso de un fallo del suministro eléctrico.

Rico ha explicado que se confundió porque en los catálogos comerciales que consultó se indicaba que a los aparatos se les podía incorporar un sistema de control de temperatura.

Luego ha reconocido que mantener la cadena de frío de la sangre "es una norma médica" y que si ésta llega a romperse, sin que salte ninguna alarma que advierta a quienes la manejan, puede haber riesgos para la salud.

A preguntas de la abogada del Comité Olímpico Italiano (CONI), Rico ha admitido asimismo que las autotransfusiones solo deben realizarse "cuando sea necesario", es decir, cuando el sujeto padezca alguna patología o sufra una gran pérdida de sangre. Antes, el perito había sostenido que las transfusiones no suponen un riesgo para la salud y que el índice de mortalidad de estas prácticas es muy bajo.

Además ha defendido la posibilidad de que una persona pueda tener "su banco de sangre propio" y, en el caso de quienes practiquen deportes de riesgo, que "puedan viajar con su bolsa de sangre" por si tienen algún accidente y precisan una reinfusión, aunque ha confesado que saldría muy caro. "Si yo tuviera dinero, me congelaría la sangre", ha concluido.

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