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Operación Puerto

Un papel de abril del año 2005 compromete a Ivan Basso

Asegura que empezó con Eufemiano Fuentes en octubre. Basso tambien habló sobre las bolsas de sangre: "Me hice tres extracciones, pero ninguna reinfusión".

Un papel de abril del año 2005 compromete a Ivan Basso

Ivan Basso repetía su historia de carrerilla, solo interrumpido por la poca maña de su intérprete. No en vano, narraba la misma versión que contó ante el Comité Olímpico Italiano (CONI) en 2007 y que le valió dos años de sanción. Hasta que le mostraron el folio 763, un fax del 27 de abril de 2005, a las 21:35 horas, que recogía los detalles de un pedido a nombre de Birillo, el apodo que, en honor a su perro, utilizaba en el universo de Eufemiano Fuentes. Entonces Basso titubeó: "No reconozco ese documento...". De haberlo reconocido, todo su testimonio hubiera quedado en entredicho, porque según su relato no empezó a trabajar con el canario hasta octubre.

Su calculada versión, que le ha permitido mantener victorias como el Giro 2006 (aunque las referencias a él son numerosas en las escuchas de la Guardia Civil), es la siguiente: "Conocía a Fuentes desde una concentración en Canarias en el invierno de 2001-2002, pero no empezamos a trabajar hasta octubre de 2005. Ahí me hizo la primera extracción, decidimos el alias de Birillo, hablamos de los pagos... Me hice un total de tres extracciones, pero nunca me sometí a reinfusiones".

Ivan Basso pactó con Fuentes un presupuesto de 70.000 euros anual: "Pero sólo pagué 15.000, porque no se llegó a acabar el trabajo". La Operación Puerto se cruzó por medio. '¿Y pagaba usted tanto dinero para tres extracciones que no utilizó?', era la pregunta que circuló por la sala: "Mi sueño desde pequeño era ganar el Tour y guardé las bolsas para esa carrera, pero nunca las usé. Además, tenerlas me daba seguridad para el futuro, porque con el método de congelación se podían conservar hasta diez años. Una debilidad".

Basso cumplió aquella sanción, regresó a la competición y volvió a ganar el Giro en 2010. Ayer declaró desde Tenerife, donde está concentrado con el equipo Cannondale. Antes de comenzar su testimonio, la juez le tomó juramento como testigo y le recordó que el perjurio lleva a penas de cárcel en España.