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Operación puerto | Labarta

"Las transfusiones, prohibidas por las autoridades deportivas"

Labarta respondió a una pregunta muy directa de la abogada del Estado, Lucía Pedreño: "Sí, las transfusiones son una práctica prohibida por las autoridades deportivas".

"SÍ, SOY MACARIO". La prensa sigue el testimonio de Ignacio Labarta, apodado 'Macario' y 'Bigotes'.
Rafa Aparicio

Ignacio Labarta, segundo director del Comunitat Valenciana en el momento de la detención, admitió ayer que conocía las prácticas que hacía su "amigo" Eufemiano Fuentes y que sabía que las transfusiones están "prohibidas" en el deporte.

Labarta respondió a una pregunta muy directa de la abogada del Estado, Lucía Pedreño: "Sí, las transfusiones son una práctica prohibida por las autoridades deportivas".

Y el propio Labarta conocía de su existencia en el entorno de Eufemiano, como reconoció anteriormente a la fiscal, Rosa Calero: "Yo sabía que Fuentes hacía prácticas de transfusión, pero a mí nunca me involucró y yo nunca las hice. Vi las máquinas una vez que estuve en el piso de Alonso Cano y sabía para qué eran, pero no profundicé. No lo necesitaba, yo era entrenador. Lo que sí puedo asegurar es que lo hacía para proteger la salud del ciclista".

Efectivamente, Labarta es "preparador físico" además de director deportivo. "Y trabajaba de modo privado con otros ciclistas que no eran del equipo", admitió. Esta afirmación se contradecía con otra anterior, cuando Yolanda Fuentes y él dijeron que un código interno de su equipo les impedía colaborar con personas ajenas. "Es verdad, reconozco que no era lo más honesto".

"Nunca envié a ninguno de esos ciclistas a tratarse con Fuentes, pero teníamos clientes en común. Yo sabía que trabajaban con él, pero no participaba de las prácticas que hiciera", añadió Labarta.

Según salió durante la declaración, uno de esos clientes comunes era Quique Gutiérrez, segundo en el Giro de Italia 2006. "Sí, Basso (ganador de aquella carrera) y Guti eran clientes de Fuentes. Uno también era mío, el otro no".

50.000 euros. En el universo de apodos que aparece en la Operación Puerto, Labarta admitió que él era "Macario y el Bigotes". No se profundizó más por ahí, pero luego el abogado de la UCI recordó un papel donde dice "50.000 euros para Macario"... Y eso que el propio Macario había negado "haber recibido ningún pago de Eufemiano".