Ciclismo | Tour 2012 | 2ª etapa
Cavendish se la guisa
El Sky ha diseñado este año un equipo para llevar a Brad Wiggins con el amarillo a París, pero la soledad no ha logrado la resignación de Mark Cavendish, que logró remontar a Andrei Greipel sin apoyo de ningún compañero para conquistar el primer sprint puro del Tour de Francia.
Ya sabíamos que Mark Cavendish es muy bueno cuando corre 'a lo Mark Cavendish'... Cuando su equipo organiza un tren para lanzarle en bandeja en los últimos metros del sprint. Como hacían otros dioses de la recta final, como tantas veces vimos a Mario Cipolini, majestuoso. Desde ayer también sabemos que Cavendish es muy bueno cuando corre 'a lo Óscar Freire'. Una estrategia conocida igualmente como la de Juan Palomo: "Yo me la guiso, yo me la como".
El Sky aspira este año a manjares superiores, a coronar de amarillo en París a Brad Wiggins, y ha diseñado un equipo para ese fin. Todos para Wiggo, y sólo Eisel para Cavendish. Por seguir con los refraneros gastronómicos: como no se puede estar al plato y a las tajadas, el arcoíris tiene que buscarse las habichuelas en solitario.
Tras Greipel.
Eisel le ofreció ayer su ayuda, pero hasta eso declinó el campeón mundial. "Cuando corres sin equipo, es mejor buscarse la vida solo, así calculas el momento del salto", explicó luego Cavendish. El velocista de la Isla de Man, que conocía esta llegada de Tournai del Circuito Franco-Belga, decidió tomar la rueda de Andrei Greipel, que sí contó con el tren del Lotto, y le rebasó en los últimos metros. Inapelable.
La etapa no tuvo mayor historia. Y eso es mucho decir en el Tour. Ayer escribíamos que la primera semana de la carrera es una prueba de supervivencia. Que no se caiga nadie ya es noticia. Por eso no son tan planas como aparentan las rutinarias declaraciones que a diario repite Samuel Sánchez: "Hemos salvado otra etapa sin incidentes...".
También la salvaron, aunque maltrechos y doloridos, Luis León Sánchez y Tony Martin. Con diagnósticos menos graves que los anticipados ayer, el murciano (que no tiene roto el escafoides) y el alemán (que no se ha fracturado la clavícula, pero sí fisurado una muñeca) tomaron la salida y lograron cubrir el recorrido de 207 kilómetros, casi de la mano, a 4:22 minutos. En semejante estado es difícil aventurar hasta dónde llegarán sin poner pie a tierra, pero para darles ánimos vamos a rescatar el ejemplo de Prudencio Indurain, que convivió con una fisura de muñeca en el Tour de 1993 desde la quinta etapa hasta los Campos Elíseos, donde arrastró un dolor extremo sobre el pavés que casi le obliga a retirarse en el mismo París.
Los lobos del sprint ceden hoy el protagonismo a los bichos de las clásicas. Incluso a los jefes de la general. Territorio Sagan, Cancellara, Gilbert o Valverde. Los últimos 33 km encadenan cinco cotas, con final en el repecho de Boulogne sur Mer: 700 metros al 7,3%.