"No me he dopado"

Alberto Contador puso el colofón a la tercera sesión de la vista ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), en Lausana, con una declaración que duró poco más de media hora. El ciclista confirmó su inocencia ante los tres árbitros: "No me he dopado". Y esa misma defensa esgrimirá hoy en la última jornada, dedicada a las conclusiones de las partes en litigio, que también terminará con un alegato del ciclista.

No trascendió mucho más, aunque se sabe que ratificó las mismas palabras que aparecen en los informes previos a la celebración de la audiencia: "Soy uno de los deportistas más controlados del planeta. He pasado más de cien controles desde 2008 y 16 en el pasado Giro (...). También soy muy cuidadoso con todo lo que tomo".

Esta última frase alude a un tercer supuesto que apareció ayer en la vista: los suplementos vitamínicos adulterados. La AMA añadió esta teoría a las dos posibilidades principales que se están moviendo en el proceso: la autotransfusión, por parte de la acusación; y la contaminación alimentaria, de la defensa. Porque el debate científico volvió a ocupar, al igual que el día anterior, la mayor parte de la jornada.

Mejores caras.

Contador salió a las 18:40 por la puerta del garaje del COI subido a un taxi y escoltado por su hermano Fran y el abogado Andy Ramos, las dos personas junto a las que ha estado sentado la mayor parte del juicio. Contador miraba su móvil, el mismo con el que la noche anterior, a las 23:40, había puesto en Twitter: "Gracias a todos", que viene a ser su única manifestación pública desde que llegó a Lausana el pasado sábado. Los rostros del ciclista, de su entorno y de sus abogados denotaban una mayor satisfacción que el día anterior a la salida del COI.

Diez horas.

Tras casi diez horas de sesión, éste es el único contacto directo que tuvo ayer la prensa con las partes, además de un "buenas tardes" a los siempre corteses tres árbitros. Bueno, eso y una frase deslizada casi sin querer por el entorno de Contador: "Ha estado convincente y valiente...".

Antes de la salida, la única referencia de los periodistas era la visualización de una azotea donde salen los participantes a tomar café, y una cristalera que deja adivinar la presencia de los testigos. Allí, sentados en un sofá, estuvieron los ciclistas Benjamín Noval y Paolo Tiralongo gran parte del día: desde las 8:00 hasta que entraron a testificar, más allá de las 17:30. Más de nueve horas. Una larga espera para un declaración de cinco minutos cada uno.

Ambos ratificaron que comieron la misma carne que Contador, el 20 de julio de 2010 en el Tour de Francia. Y Tiralongo soltó otra perla: "Alberto es un ejemplo en la profesión y cuida de todos los compañeros".