Giro de Italia | 15ª etapa
Nieve pone la quinta
El navarro cubrió más de 100 km solo en la etapa reina del Giro. Contador aumentó su ventaja
Casi siete horas y media encima de la bicicleta. 229 kilómetros. Cinco puertacos. Más de 6.100 metros de desnivel acumulado. La jornada más dura en la historia del Giro, al menos reciente. Una victoria que justifica una carrera deportiva. Mikel Nieve consiguió la proeza después de permanecer casi todo el día escapado, tras cubrir más de 100 km en solitario, en un precioso mano a mano con Stefano Garzelli.
Luis Llamas, mecánico del Euskaltel, jaleaba al navarro desde el coche de equipo en las rampas del Rifugio Gardeccia: "Regula, no te cebes, no mires para atrás". Una vez conformada la escapada en la primera ascensión, al Piancavallo, Garzelli soltó a Nieve en el Giau (Cima Coppi, con 2.236 metros de altura). Manteniendo la calma y las distancias, alcanzó a Garzelli, el vencedor del Giro de 2000, justo bajo la pancarta de 'inizio salita', la última subida de una jornada maratoniana. Euskaltel ha logrado un doblete en las dos etapas más simbólicas de la ronda italiana, la primera con Igor Antón, el sábado en el Zoncolan.
Igor Antón. Antón, que arrancaba el día en el podio, tercero, pagó ese esfuerzo, se descolgó en la Marmolada y cedió una minutada, 7:59 respecto a su compañero, a 6:08 de Contador. Sin embargo, el vasco ya avisó en la salida de Conegliano: "No he descansado todo lo que me habría gustado y no he podido recuperar bien. Espero que no me pase factura". Cruzó la línea de meta exhausto. Apenas felicitó a Nieve, se marchó pitando al bus para no coger más frío, ya que en los 30 kilómetros finales el pelotón se comió un tremendo aguacero.
El que todavía no ha tenido un problema es Alberto Contador, virtual ganador de este Giro. A pesar de quedarse sin compañeros en el Giau, encontró la inesperada colaboración del Movistar y, casualidades de la vida, José Rujano, a quien cedió el triunfo en el Grossglockner. Tampoco le hizo falta más ayuda, porque pasó a la ofensiva en cuanto le fue posible. Superada cierta incertidumbre que le causó Nibali, quien se marchó alegremente en la bajada del Giau, sin tener en cuenta que aún quedaban por delante 45 kilómetros, tomó las riendas del grupo de favoritos en la Marmolada y el Rifugio Gardeccia. Saldo final: el madrileño enchufó nuevas diferencias a sus rivales, que ya no saben qué responder cuando les preguntan por la superioridad de la maglia rosa.
Tarangu. En el Giro de 1974, los españoles sumaron seis victorias, cinco firmadas por José Manuel Fuente. La otra la logró Santiago Lazcano, regalada por el propio Tarangu. Con seis días por delante, incluidas una cronoescalada, una contrarreloj y dos finales en alto, mal se tendría que dar para que al menos no se iguale la marca. Aunque el español al que desean ver los italianos en lo más alto es a Alonso con su Ferrari. "Justo el único que no gana", bromean en la sala de prensa.