Disparado al tercero

A Lance Armstrong ya le ocurrió en su día. Corría contra el mundo. O el mundo corría contra él. Desde su irrupción en el Tour de 2007, a Alberto Contador le sucede lo mismo. En el prólogo de hoy por los puentes de Rotterdam descontará 8,9 kilómetros de los 3.596 que le quedan para llegar a París de amarillo por tercera vez, segunda consecutiva.

Tras Contador empiezan a andar el resto de corredores, muchos de ellos favoritos al título, ávidos de vivir en primera fila el día en que Contador desfallezca para poder aprovechar sus escondidas debilidades y las más visibles flaquezas de su Astaná, que en nada se parece al del 2009. Los que subieron con él al podio de los Campos Elíseos se marcharon con Armstrong y Bruyneel, atraídos por el dinero y el enorme desafío que les planteó el texano: ganar a Contador. El mundo al revés. Es el americano uno de los "diez o doce" que puso ayer Alberto como aspirantes a su corona. Sin contar el nombre de Lance, a Contador no se le escapan de su memoria los inevitables hermanos Schleck (Andy es su rival principal), Bradley Wiggins (maníaco del Tour tras ser rey de la pista), el reconducido Ivan Basso, el navarro Denis Menchov, un campeón del mundo como es Cadel Evans e incluso dos asalariados de Armstrong, fieles el año pasado, como son Andreas Klöden y Levi Leipheimer.

Misión.

Esta tropa tiene una misión: hacer que Contador pierda el Tour antes de que llegue la última semana, el homenaje a los Pirineos con la doble visita al Tourmalet en conmemoración de su centenario, territorio en el que el de Pinto es inabordable. Bombas para el camino sí que van a tener. El recorrido de este Tour plantea alternativas para la sorpresa. Desde mañana mismo con el viento del Mar del Norte golpeando los frágiles tubulares, pasando por el martes en el pavés de la Roubaix, con unos Alpes dulcificados pese a las llegadas en alto en Rousses (inédita) y Morzine-Avoriaz, en unos Pirineos de terror histórico y terminando en Burdeos con una interminable aunque solitaria, escasa para los especialistas, contrarreloj final de 52 kilómetros llanos.

Tres semanas de ciclismo a pedales, "sin motores", como dijo ayer Contador. El Tour de los controles antidopaje y anti-motores de bici arranca hoy en el paraíso del llano. Se decidirá en dos semanas en las cumbres de los Pirineos. Ahí. Cerca de casa.