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Ciclismo | Vuelta a España 2009

La Vuelta flamenca

La carrera arranca hoy en los Países Bajos sin favorito claro

<b>GRAN EXPECTACIÓN. </b>Así lucían las gradas durante la presentación de los equipos que tomarán parte en la Vuelta 2009.
jesús rubio

La Vuelta busca diferenciarse y las diferencias le desbordan. La carrera que hoy comienza no sólo se distingue por arrancar en los Países Bajos y acumular ocho etapas de montaña que incluyen cinco llegadas en alto. Su exclusividad radica, aún antes que eso, en reunir a ilustres ciclistas que han cumplido condena por dopaje o han sufrido castigo por ese motivo. Me refiero, ya se sabe, a Basso y Vinokourov y, en caso aparte, a Valverde, que fue excluido del Tour y tiene prohibido correr en Italia, donde está sancionado por el CONI, detective privado en la Operación Puerto.

A la reaparición de dichos ciclistas habrá que sumar la polémica participación del equipo Fuji Servetto (publicidad de bicicletas y armarios), heredero del Saunier, una formación manchada por los positivos de Riccó y Piepoli y que tras su refundación ha sido vetada, entre otros, por ASO, la empresa organizadora del Tour. Si Fuji Servetto (Juanjo Cobo, David de la Fuente...) corre la Vuelta es sólo porque ha encontrado el amparo del TAS.

Comienzo mezclando física y química porque el análisis de la carrera no puede abstraerse de los reinsertados, del mismo modo que no puede olvidar la ausencia de Alberto Contador, último campeón, ni de sus escoltas en el podio, Leipheimer y Sastre. La buena noticia es que la competición sale airosa de tantas olas. Y es que junto a los citados, la Vuelta reúne ciclistas de tanto postín como los hermanos Schleck, Evans, Gesink, Cunego, Kreuziger, Samuel Sánchez o Mosquera, sometidos todos al fuego de una prueba maravillosamente montañosa. El anhelo del enemigo extranjero parece asegurado en esta ocasión.

Coartada.

La incógnita, como siempre, es saber cuántos de esos eminentes forasteros tomarán la salida con la firme intención de disputar la carrera. En este sentido, el Mundial de Mendrisio (Suiza, 27 de septiembre) volverá a servir de coartada para los menos implicados, y entre ellos ya hay quien sitúa a los Schleck. Ante tan malvadas sospechas, sólo cabe invocar la vergüenza torera de los campeones de Luxemburgo, aunque tampoco es descabellado suponer que el paso de la carrera por los Países Bajos, Bélgica y Alemania tendrá el efecto de involucrar a equipos y corredores con problemas para comprometerse.

Puestos a enumerar a los favoritos lo único concluyente es que la lista es larga. Valverde es señalado como el primer candidato, aunque su condición de eterna promesa para las grandes vueltas comienza a resquebrajarse camino de los 30 (los cumplirá en abril). Se entiende que la rabia por la exclusión del Tour será un estímulo, pero ofrece dudas su resistencia entre tanta montaña.

Si el despecho es una motivación, Ivan Basso (31 años) también ocupa la primera línea de candidatos. Ganador del Giro 2006, fue castigado dos temporadas por su implicación en la Operación Puerto, justo cuando parecía descubrirse como el heredero de Armstrong en el Tour. Después de terminar cuarto en el pasado Giro, Basso ha confirmado su regreso a la élite.

Vinokourov (35), vencedor en 2006, acaba de cumplir idéntico castigo y esgrime su falta de kilómetros para escapar de la presión. Pero no le crean. Evans (32), por su parte, debe vengar su fracaso del Tour (30º) y el niño Gesink (23) también querrá resarcirse de la fractura que sufrió en Francia.

Por lo demás, la presentación de ayer fue un éxito de público que confirma la enorme pasión que despierta el ciclismo en esta parte de la vieja Europa. Ha sido buena idea expandirse, acoger a los reinsertados, hacer amigos para tener enemigos.