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Ciclismo | La ruta del Tour

Por fin llegan los Campos Elíseos

Bernardo Salazar

Y por fin llegamos a ¡PARÍS! La ciudad que reúne de todo: historia, arte, ciencia, monumentos, diversiones Sería necesario un espacio del que aquí no se dispone para glosar todo lo que La Ciudad de la Luz encierra. Hoy, los Campos Elíseos verán a los ciclistas varias veces, bajo la atención de miles de espectadores y millones de televidentes. A los jóvenes hay que recordarles que no siempre fue el escenario final de la gran prueba francesa. Durante muchos años, entre 1903 y 1967, lo fue el viejo Parque de los Príncipes. En las primeras 5 ediciones la carrera terminaba realmente en el suburbio de Ville d'Avray. Allí organizaba Henri Desgrange una cabalgata triunfal que penetraba en el Parque para recibir el homenaje de los aficionados. Desde 1908 la victoria de la última etapa se decidió sobre la pista rosada de su velódromo, donde el catalán Miguel Poblet se presentó triunfador en solitario el año 1955: el único español que ha ganado en París.

Pero el Parque se demolió a finales de 1967 para construir otro más moderno. Entonces se recurrió al velódromo municipal de Vincennes para clausurar la Grande Boucle. En La Cipale finalizaron los Tours de Francia de 1968 a 1974 y allí dio su triunfal vuelta de honor Luis Ocaña.

Fue en 1975 cuando la meta se trasladó a los célebres bulevares parisinos diseñados por Georges Eugène Haussmann. Nacido en Alsacia en el año 1809, Napoleón III le nombró prefecto del Sena en 1853 para que pudiese llevar a cabo una profunda reforma urbanística que transformase definitivamente el aspecto medieval de la ciudad. El París espectacular que hoy conocemos es obra suya y en ese marco se coronará al vencedor del Tour.