Las relaciones entre Francia y el Gobierno español eran inexistentes. El triunfo sobre el nazismo había producido el rechazo general de la dictadura franquista. Por eso extrañó que los organizadores del Tour, por primera vez en su historia, designasen en 1949 a una población española como fin de etapa. ¿Triunfo del deporte sobre la política?

San Sebastián esperaba la llegada de uno de los nuestros en los primeros puestos. No pudo ser. En la salida de aquella etapa, ya no quedaba ninguno en carrera. Bernardo Capó había abandonado el primer d Julián Berrendero, Langarica, Emilio Rodríguez y Bernardo Ruiz, en la quinta, y el pelirrojo Serra, un día después. La Unión Velocipédica Española les sancionó con dureza. En la meta donostiarra el francés Louis Caput resultó vencedor.

Ocho años después, L'Équipe programó una llegada a Barcelona. En esta ocasión, Bernardo Ruiz, superviviente de 1949, estuvo a punto de ganar. Cuarenta mil espectadores le vieron llegar al estadio de Montjuïc en cuarta posición. René Privat fue el vencedor. Al día siguiente, Jacques Anquetil ganó la contrarreloj con salida y llegada en el mismo estadio, con Jesús Loroño en tercer lugar.

A la tercera fue la vencida. Bahamontes había abandonado un día antes poniendo punto final a la carrera que le había consagrado. 240 kilómetros separaban Ax les Thermes de Barcelona y Pérez Francés decidió jugársela a poco de la salida. Un calor asfixiante le acompañó en su triunfal cabalgada. Y casi siete horas más tarde entraba vencedor en la Ciudad Condal.