Ciclismo | Tour de Francia
Voeckler: "Llevaba ya tiempo tras el triunfo"
El francés tiene una vida marcada por la desgracia
Thomas Voeckler (Francia, 1979) señaló al cielo. Hacia esas nubes cárdenas que se cernían sobre Perpiñán. Fue su primer triunfo en el Tour, el 16º de un francés en Perpiñán. El Pequeño Blanco había podido, al fin, quitarse una espina que el mar le clavó a los 13 años. A esa corta edad, el menudo Thomas ya andaba en bicicleta en La Martinica. Allí trabajaba su padre, psiquiatra de profesión y patrón de yate de recreo para ganarse la vida. Una tarde cualquiera, por una tempestad inesperada, ese pequeño velero jamás regresó al puerto en donde esperaba Thomas, el chico que siempre pedaleaba junto a los negros. Jamás encontraron el cuerpo.
Ayer, a sus 30 años recién cumplidos, Voeckler encontró lo que "llevaba tiempo buscando" en el "día más feliz" de su vida como ciclista. Ganó la etapa dedicada a Salvador Dalí, que un día, en Perpiñán, dijo: "Amo el Tour". Y el Tour ama a Voeckler, abanderado del "ciclismo limpio" desde que luciera ocho días el maillot amarillo de líder en la edición de 2004, discutiendo las portadas al entonces discutido Lance Armstrong tras una escapada bidón de la que salió beneficiado. "No he pensado en esos días durante la escapada. Nunca creí que íbamos a llegar porque estoy acostumbrado a meterme en fugas que no llegan nunca", reconoció el vencedor.
Voeckler se rompió la clavícula en la pasada París-Niza. "Pensé que se había acabado la temporada para mí". Pero su corazón de origen alsaciano le hizo remar hasta el final. "Anduve escapado desde el kilómetro 12". Desde el coche le ayudó Jean-René Bernaudeau, patrón del Bouygues que ayer cumplía 53 años. Menuda fiesta.
Francia necesitaba un triunfo así después de otro arranque de Tour decepcionante con sólo algún puesto significativo para llevarse a la boca. Casi 20 ciclistas galos se quedaron en el corte provocado por el viento y la velocidad de Cancellara. En TF2, un comentarista dijo que sus paisanos debían haber estado "más atentos" porque "esto es el Tour". Su carrera. Minutos después gritó por Voeckler. Y se le oyó en La Martinica. Incluso en el fondo de los mares.