Cancellara es amarillo con "precisión suiza"

A Fabian Cancellara le han regalado un día de más de maillot amarillo por 22 centésimas o, como él mismo dijo, sonriente, "gracias a la precisión suiza". "En mi país fabricamos el tiempo, así que no podía esquivarme la suerte de seguir siendo el líder del Tour de Francia".

Cancellara se hartó de dar pedales con el aire de costado para que su Saxo Bank no tirara la toalla. No es el equipo fuerte del año pasado pero "tiene orgullo", según su líder. Ya en los últimos kilómetros aprovechando el viento de cola, Cancellara no dejó ni que le dieran relevos. Rodó como cuando en los Juegos Olímpicos de Pekín se tiró a por Samuel Sánchez (finalmente lograría la medalla de bronce). "Mis compañeros me dieron la fuerza suficiente". Más vale tarde que nunca. Quizá pudo mantener con un poco más de holgura el liderato de no haber sido por el manifiesto bajón de rendimiento contra el crono de Frank Schleck, uno de los líderes del equipo de Biarne Riis. Para no llegar descolgado tuvieron que aminorar la marcha del tren suizo.

Ya no le queda margen a Fabian Cancellara para nada más que ponerse a rueda del americano. "No voy más allá de Perpiñán. En los Pirineos me tocará trabajar para los hermanos Schleck". Así que de momento disfruta de esa sonrisa que no le abandona desde que ganó la contrarreloj de Montecarlo. Le fue por los pelos, pero salvó el maillot amarillo. Gracias a sus piernas, el viento de cola y la relojería suiza.