"Tengo todo encarrilado para ganar esta Vuelta"

¿Ganó la etapa soñada?

Desde luego. Es la etapa que más ilusión tenía en ganar, una montaña mítica, la que más en todo el ciclismo español. Con esta victoria, ya no necesito más triunfos de etapa.

¿Ha sentenciado la Vuelta?

Ni mucho menos. He dado un paso importante, pero las diferencias que ahora tengo en la general no son tan altas como para poder estar tranquilo. En realidad, en una gran vuelta no puedes estar tranquilo hasta la última meta. Siempre estás sujeto a contratiempos. Espero no tenerlos.

¿Qué le ha parecido lo que hizo Valverde?

Ha estado impresionante. Se llevó un buen disgusto, pero está claro que ha reaccionado muy bien. Ha estado muy motivado y ha apostado fuerte por la etapa. Su equipo también ha corrido muy bien.

Valverde le hizo un favor, su ataque fue el que terminó por descolgar a Leipheimer.

Antes Levi ya había hecho un gran desgaste forzando la marcha del grupo en la subida para hacer la selección. Leipheimer es un gran profesional y ha hecho un estupendo trabajo. Como todo mi equipo. Todos han cumplido con la parte del plan que trazamos en esta etapa, y todo salió perfecto. En cuanto a Leipheimer, se han dicho muchas cosas estos días, pero en el equipo se habló siempre claro y se dijo que el líder era yo. Y ha quedado demostrado.

También ha desaparecido un enemigo, Igor Antón.

Es una lástima. De verdad que lo lamento. Igor es un gran chaval y le tengo un gran aprecio. Es un gran escalador, que cada día progresa un poco más. Estaba haciendo una gran carrera en esta Vuelta. Le deseo que se recupere lo antes posible.

¿Quién es el principal rival ahora?

Tal como ha quedado la general tras la etapa, mi principal enemigo soy yo mismo. Ahora lo tengo todo muy bien encarrilado para ganar la Vuelta. Mi rival es mi propio cuerpo, si no tengo un desfallecimiento y no fallo, las perspectivas son muy buenas.

¿Qué le ha parecido subir el Angliru?

Ha sido muy duro, es algo impresionante. La verdad es que hice muy bien en venir a reconocerlo antes de la Vuelta para darme cuenta de que en muchas zonas lo mejor es no intentar ponerte de pie. Hay rampas impresionantes. No se puede abusar de estos puertos tan extremos, pero de vez en cuando es bueno para el espectáculo hacer etapas así.

¿Y el ambiente?

Impresionante. Me alegré mucho cuando me enteré que no iba a haber niebla y se podría ver bien la etapa. Es muy bueno para el ciclismo español y para la Vuelta que se haya podido desarrollar una jornada como esta con tanta gente al borde de la ruta.

¿Y hoy?

Es otra etapa dura, con seis puertos. Ahora voy de líder y mi compañero Leipheimer es segundo, así que intentaremos controlar los ataques.