"Soy como el cazador que espera paciente su presa"

Ha cambiado el aire. Ahora la atención de la prensa sopla en otra dirección.

Sí. Desde que anuncié que me iba al equipo Cervélo me han dejado más tranquilo. Tengo mucho más tiempo para mí.

¿Le puede afectar a Contador este revuelo?

No sé. No estoy en su piel.

¿Qué opina del retorno de Armstrong?

Me da igual. Ni me va ni me viene.

Puede ser un rival en el próximo Tour, ¿o no?

Queda un año para el Tour de Francia. Ahora pienso sólo en la Vuelta.

Una de las razones que dio para marcharse del CSC es que no quería bloquear a los hermanos Schleck.

No me gusta tener luchas internas. En toda etapa hay un final. Hay que saberlo, ver y valorar. A mí me han ofrecido hacer un equipo alrededor mío, con más facilidades de las que necesitaba. Un grupo que va a ser diferente también en la forma de rentabilizar a sus patrocinadores.

¿Se conocen ya más incorporaciones?

Ni quiero ni puedo estar en ese asunto. Ahora el presente, la Vuelta; después del Mundial de Varese me entregaré por entero al futuro.

En el Astaná va a pasar justo lo contrario de lo que ha hecho usted. Allí llega un veterano quizás para bloquear a una joven figura.

Son ellos quienes tienen que valorarlo. Cada uno debe ser coherente con sus decisiones.

Mañana, el Angliru.

Lo subí en el 2000, cuando gané la Montaña de la Vuelta. Una cumbre mediática que muy pocos suben por su propio pie. La gente ve las rampas, tan excesivas, que no se puede contener y ayuda a subir a los ciclistas. Aquel año hizo buen tiempo y aún así recuerdo que si tirabas del manillar se te subía la bici. Y las diferencias en meta fueron mínimas.

¿Será decisiva?

Esta etapa y la de Fuentes de Invierno aclararán mucho la general. Pero la carrera se decidirá en la cronoescalada a Navacerrada.

¿La crisis que tuvo en La Rabassa fue puntual o preocupante?

Fue ocasional. Tuve mucho ajetreo en agosto tras el Tour, llegue con dudas de si había podido prepararme en condiciones. Pienso que fue el estrés el que me produjo los calambres. Tuvieron una buena oportunidad para haberme sentenciado. Pero mi experiencia y mi tranquilidad me salvaron.

Allí se vio a Contador y Valverde explosivos, como motos.

Cada uno tiene que seguir su estilo subiendo.

¿Dónde puede estar su oportunidad?

Hay que ser prudente y verla. Yo soy como el cazador que espera paciente su presa. No me muevo tontamente, ni me pongo nervioso. Pero estoy atento y si llega la oportunidad hay que cogerla. Como hice en el Tour.

¿Cómo ve a Contador?

No le he visto aún nada extraordinario para que muchos den por hecho que es el más fuerte de la carrera. Ha estado recolectando segundos como una hormiguita.

¿Leipheimer?

Está en el Astaná, pero corre para él.

¿Otros?

Igor Antón, es un chaval muy paciente y valiente. Va dando pasos sobre seguro. También Mosquera, aunque no es un chaval, camina sobre seguro.

Valverde, ¿descartado?

Creo que sí. Han sido casi tres minutos y medio. Es muy difícil que los pueda recuperar, sobre todo, teniendo en cuenta los que estamos ahora por delante.