Un ciclón amarillo barre al Bilbao Basket en Miribilla
El Tenerife pasa el rodillo ante un Bilbao Basket entregado y frustrado. 50 puntos insulares en la ‘pintura’. Rabaseda acaba lesionado, uno más.
El Tenerife pasó como un ciclón amarillo por Miribilla. Se tomó su segunda visita al recinto bilbaíno esta temporada como un test para sus ambiciosos planes cercanos: revalidar la Champions en la Final Four del Carpena y alcanzar la cuarta plaza en esa dura pugna con Unicaja, precisamente uno de sus enemigos en el torneo continental. Quiere llegar con mucha chispa a sus grandes retos y una velocidad de crucero le ha valido para exhibirse esta vez. Cuatro triunfos llevan este año ante Ponsarnau y los suyos, y da la sensación de que si hay 40 partidos, los 40 los sacan. Las piezas empiezan a estar muy bien engrasadas y el recuerdo del susto que tuvieron en la BCL ante el Bilbao Basket en el feudo de este, con milagro final, les ponía en alerta para no descuidarse. Y no lo hicieron, al contrario, pasaron el rodillo, aunque al final aflojaron un poco para no hacer excesiva sangre. La paliza es de época, la segunda más grande a los vizcaínos este año. Estos solo compitieron en el segundo cuarto, el resto fue una alfombra para el lucimiento de un equipazo en el que hasta jugaron los últimos de la rotación, Diagné y Mathias. A la vista de que no había discusión sobre el parquet, el recinto se dedicó a festejar el estreno anotador de Chacón en ACB: una canasta más adicional del canterano, muy descarado. También hubo aplausos a jugadas pletóricas de Shermadini y algún pase de cuchara, con marca registrada, de Huertas. Baloncesto de altísimo nivel. Cogen sus 15 puntitos y, como juegan de memoria, se van hasta el final sin sobresaltos. Mete a Salin, ahora fuera, en ese grupo y aún se ve más inalcanzable.
La cosa ya empezó torcida para los anfitriones con un retraso en el inicio por un problema con la consola de silbatos de los árbitros,. El Tenerife jugó como quiso y a lo que quiso, moviendo la pelota a placer, imponiendo su defensa y aplastando todo lo que se le ponía por delante. Del 4-4 inicial al 4-14 y así hasta el infinito. Solo en el segundo cuarto se vio algo apurado. Con el triángulo diabólico Jaime Fernández-Cook-Shermadini, se mostraron como un grupo inalcanzable para un Surne que ofreció una versión muy difícil de digerir. Alguna que otra discusión en las filas locales y malas caras afearon aún más la velada. Lo del rebote fue un insulto: 19-42. ¡Y 50 puntazos en la pintura de los amarillos! La diferencia se fue a los 38 (43-81) y los ‘hombres de negro’ estuvieron en un tris de firmar la peor anotación de su historia, los 51 escuálidos puntos que metieron este año ante el Joventut. Si lo de Fuenlabrada, ante un cadáver, fue preocupante, este descarrilamiento debe elevar la autocrítica. Lo normal es caer de forma abultada ante un rival tan largo y potente, pero las formas no son aceptables.
El primer cuarto fue enterito para el Tenerife, que puso a funcionar su fabulosa maquinaria de músculo y rotaciones. Bajo su ritmo abrasivo, encontró muchas vías hacia la canasta y cargó el rebote de forma aplastante. Dejaba los tiros lejanos de un Bilbao Basket que no encontró el ritmo, la fluidez ofensiva ni las ventajas en ningún momento. Bolmaro, que es uno más, aunque viene con un cartel NBA y de estrella futura cocida en la cantera del Barça, anotó en un reverso sin miedo ante Kyser en el último segundo del primer acto: 8-25. El campeón de la Champions se marchó hasta los 20 puntos de ventaja y no estaba dispuesto a dejarse sorprender o albergar un susto similar al del partido europeo de este año en el recinto bilbaíno, donde Jaime Fernández destapó el tarro de las esencias para abrochar el triunfo en el último suspiro. Su energía les llevó a un 10-30 tras un triple de Doornekamp.
Los ‘hombres de negro’ salieron con más energía en el segundo acto. Subió la intensidad del Bilbao Basket, que trató de igualar el listón físico de los insulares. Encontró al fin tiros buenos de fuera y dos triples seguidos de Tsalmpouris llevó a estrechar la diferencia hasta el 28-35 a 1:03 para el descanso. La gente se indignaba porque los árbitros no castigaban igual los contactos en una y otra zona. Faltaban ideas en ataque, pero al fin se suplía la escasez de recursos con más corazón. Costó un mundo llegar a ese -7 y en un abrir y cerrar de ojos, el pulso quedó dinamitado por la blandura local y los cañones insulares.
Tras el descanso, las aguas amarillas volvieron a su cauce. Encima, cayó lesionado en un pie Rabaseda, uno más en este año de locos con la enfermería. Es terrible ver en la banda vestidos de calle a Hakanson, Goudelock, Rigo y Withey, más un Francis Alonso en su casa tras la operación. Un 0-13 acabó con la resistencia de un equipo desconectado y muy pastoso. El Surne está muy justo, si le niegan a Smith, muy bien defendido por Bolmaro, no hay quién rompa la caída por el terraplén de la derrota. El equipo se frustró y entregó todo el orgullo. La gente que se dio cita a las siete de la tarde, una hora tan mala, no se merecía semejante espectáculo. Nadie niega que la temporada está por encima de las expectativas. Pero estos borrones afean mucho la hoja de servicios. Y Vidorreta, siempre mostrando su bandera de bilbaíno, tuvo el enorme detalle de acordarse de Luisfer Baranda, periodista portugalujo recientemente fallecido y que se ha dedicado a la información de baloncesto desde que Txus empezaba en esto con una pizarra.
Ponsarnau: “Ha sido nuestro peor partido de la temporada”
Ponsarnau lamentó tras la abultada derrota encaja que su equipo realizó “el peor partido de la temporada, sin ninguna duda” a un nivel inferior incluso que cuando cayeron hace diez días en la pista del colista Fuenlabrada. “Ahora somos un equipo muy justo y si tantas cosas salen mal no tenemos nada que hacer. Se trata de rearmarse y tratar de que las cosas salgan bien”, comentó el técnico de los ‘hombres de negro’ en su valoración del encuentro.
De cara al futuro, Ponsarnau espera que sus jugadores “saquen la lección” y aprendan que “es importante que la frustración no nos haga tanto daño como en este partido”. “No debemos caer en la frustración porque entonces sí que somos ya muy malos. Con este equipo de hoy hemos ganado al Barça y plantamos cara al Valencia. Se trata de buscar la forma de encontrar nuestros máximos a pesar de que las cosas salgan mal”, enfatizó.
El técnico, por último, avanzó que no espera recuperar para el partido del sábado en Miribilla frente al Baxi Manresa ni a Hakanson ni a Jeff Whitey y que tiene la duda del estado físico de Rabaseda. “Le hemos tenido que cambiar y aunque ha vuelto y ha hecho un mate veremos en frío cómo lo tiene”, dijo el técnico.
Vidorreta: “El equipo ejecutó a la perfección el plan defensivo”
Vidorreta destacó que una de las claves del triunfo de su equipo en Miribilla fue que los jugadores “ejecutaron a la perfección el plan defensivo”. “Y en ataque estuvimos sin acierto en el tiro de tres puntos (4 de 21), pero atacamos muy bien la pintura”, destacó Vidorreta en su valoración del encuentro, consciente de que en el futuro van a necesitar “mejorar desde la línea de tres porque es fundamental para abrir defensas”.
El entrenador bilbaíno añadió que el Lenovo Tenerife jugó “treinta minutos muy buenos, todos menos unos minutos del segundo cuarto y los últimos, lógicamente”, y que acertaron a “contrarrestar las muchas virtudes” que había exhibido el Surne Bilbao en sus partidos frente a Barcelona y Valencia.
“Nuestro tercer cuarto ha sido de lo mejor que hemos hecho después de la Copa. Ha sido una victoria importante fuera de casa más aún ahora que estamos recuperando jugadores”, incidió Vidorreta, quien antes de finalizar tuvo un recuerdo también para Luisfer Baranda, periodista vizcaíno de Onda Cero recientemente fallecido.