Otro monólogo del Bilbao Basket
Victoria cómoda ante el Prievidza, el rival más duro del grupo, con un Domínguez que sigue luciéndose en el Viejo Continente.
No debe de ser fácil poner sustentar la brújula cuando a uno, de forma concatenada, se le escapa un partido que tenía en el bolsillo en Murcia, saca el polvo y reactiva La Casilla, gana a todo un Madrid, se va a la aventura por Georgia y Las Palmas, y de aquí enlaza con Eslovaquia. Todo eso casi sin tiempo para respirar. Un periplo de locos en el que hay que tener mucho control mental y cuidar la musculatura. Eso es lo que ha afrontado el Bilbao Basket. Muchos partidos y demasiados viajes, con el disgusto ante el UCAM y lo demás, bastante lógico e incluso ilusionante. No ha encadenado dos derrotas seguidas y ha dejado Europa más que encarrilada. Antes de la vuelta a casa, ha dado buena cuenta del Prievidza, que es el más firme enemigo del grupo, es decir, era el día más comprometido y, como tal, aquel no ha sido barrido como el Balkan y Kutaisi, pero también ha recogido su varapalo. En cuanto la tropa de Ponsarnau ordenó un par de desajustes y cogió las riendas, la cosa fue rodada.
Esta vez el descartado fue Rahman, se van turnando para que no haya sobrecargas. Rubén Domínguez sigue haciendo méritos en Europa para ganarse protagonismo en la ACB: 19 puntos, como ante el Balkan. El muchacho no se corta, sale y tira y lo hace fácil, con talento y de forma plástica. Pantzar es imparable con sus penetraciones. Y luego está De Ridder, cada día más completo y fiable. Ponsarnau aplicó eso que en Fórmula 1 se conoce como ‘lift and coast’, es decir, ahorro de combustible, que estas citas no pasen factura en el esqueleto de sus jugadores más allá de los pesados desplazamientos. Así que todo perfecto, en orden, un 3-0 incontestable que llena de confianza al grupo y eleva la autoestima de muchos.
El Surne ha pasado de jugar en una pista enorme como la del Kutaisi sin gente a otra muy pequeña como la del Prievidza con lleno hasta la bandera. Precioso ambiente ante un club que consideraba esta cita la madre de todas las batallas. El equipo eslovaco fue recuperado en esa previa que también visitó el Bilbao Basket como uno de los mejores eliminados. Es un equipo más organizado que la mayoría de formaciones que pululan por la Europe Cup. Pero copia a estos en su propuesta muchas veces caótica. Por ejemplo, empezaron jugando con todos abiertos, metiendo de fuera y con muchos mates y bandejas. Jordan y Smith lideraron un inicio fulgurante, con ritmo feroz. Un 7-0, con Jordan imparable cuando encaraba el aro, llevó al cuadro de Jankovic a liderar el marcador: 22-16. Pero aguantar el ritmo de un ACB en formaciones de ligas de segunda o tercera fila es complicado y el Surne metió un 8-0 para colocarse con 33-44.
El Bilbao Basket estaba siendo blandito atrás, sobre todo en los cortes hacia canasta. Al descanso el Prievidza había hecho un 9-0 al contraataque. Claro, que el banquillo bilbaíno, con muchas rotaciones, era netamente superior y esperaban que ese peso acabara por fundir a los eslovacos. Los vizcaínos apretaron en el segundo tiempo y redujeron el número de pérdidas. Jones entró hiperactivo, pero los locales subieron el listón de la dureza hasta empezar a pegar sin que les pitaran faltas. La presión defensiva, intercalando alguna zona, les llevó a mantener una distancia asequible. Dean sacaba los codos ante Jones y éste no suele ser muy frío en este tipo de acciones. Krestinin y Jordan pusieron un tapón doble al propio norteamericano, víctima del hambre de los de Jankovic. Rabaseda recibió un cabezazo fortuito de un rival en la cara y se tuvo que retirar por la sangre; dio el susto porque ya perdió dos dientes en una cita reciente.
Hlivak salió a revolucionar el cotarro, porque CJ Jackson tenía un día funesto: 1/10 en tiros de campo. Entonces cogió las riendas Pantzar, como suele hacer habitualmente, y se acabaron las bromas. Domínguez empezó a enchufar. Una segunda tacada suya fue ya decisiva. Hasta el 61-84 final, la máxima ventaja. Chacón pudo tener un tiempo en la pista. Otro monólogo. Y a pensar en el Valencia con la mochila hasta el tope de ánimo.
Ponsarnau, “satisfecho”
Ponsarnau confesó sentirse “satisfecho” de haber ganado en la pista “del otro mejor equipo” de su grupo. “Ha sido un partido exigente y hemos respondido con intensidad, que era lo que era innegociable en cuanto a nuestra actitud”, subrayó el técnico catalán en declaraciones distribuidas por el club vasco tras el encuentro. Añadió que “el buen ambiente” en el pabellón y la “inspiración de algún jugador” del Prievidza hizo que el inicio del choque fuera “motivante” para el rival y de “mucha exigencia” para sus jugadores.
“Nos faltó intensidad por momentos y ellos lo aprovecharon, pero cuando hemos empezado a ser proactivos y a estar mejor en defensa el ataque ha ido también funcionando mejor. Aprendimos a atacar su defensa y después se sumaron más jugadores al partido”, resumió.
Rabaseda, cien partidos
Xavi Rabaseda, capitán del Surne Bilbao Basket, jugó su partido oficial 100 con el Surne Bilbao Basket y se convierte en el 19º jugador, séptimo nacional, en alcanzar esa cifra con el equipo vasco en la máxima categoría y en competiciones europeas. En las tres últimas temporadas Rabaseda, de 35 años, ha disputado 69 partidos de Liga Endesa, 18 de FIBA Europe Cup y 12 de Champions. El podio histórico de partidos del Bilbao Basket está encabezado por Alex Mumbrú, con 424, seguido de Axel Hervelle (376) y Javi Salgado (303).
El base de Santutxu, actualmente miembro de cuerpo técnico de Jaume Ponsarnau, jugó además otros 159 en LEB, lo que le convierte en el jugador que más veces ha vestido la camiseta del club bilbaíno en su historia (462). En cuanto a los jugadores nacionales, además de Mumbrú y Salgado, por delante de Rabaseda solo aparecen Raúl López, Alex Reyes, Roger Grimau y Paco Vázquez.
Ránking histórico de jugadores del Bilbao Basket con más partidos (ACB y Europa): Alex Mumbrú (424), Axel Hervelle (376), Javi Salgado (303), Marko Banic (302), Raúl López (226), Janis Blums (191), Alex Reyes (169), Fred Weis y Roger Grimau (156), Pedja Savovic (154), Dejan Todorovic (150), Kostas Vasileiadis y Paco Vázquez (146), Dairis Bertans (128), Luke Recker (114), Damir Markota (111), Tobias Borg (104), Aaron Jackson (101) y Xavi Rabaseda (100).
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