Los Lakers, al infierno
Espanto absoluto de los angelinos, que pierden de 41 puntos en Miami, dan una imagen pésima y demuestran que el proyecto es inviable y el inicio de curso estuvo lleno de falsas esperanzas.
Adiós a los Lakers. Sí, es lo que podemos decir a inicios de diciembre, donde se confirma que no hay por donde coger a un equipo que no se creía nadie cuando rozó la brillantez, pero que es más que fiable ahora, cuando ha sido condenado al infierno. La derrota ante los Heat por 41 puntos (134-93) no es sólo la segunda consecutiva, la tercera en los últimos cuatro partidos o la sexta en los últimos ocho. Es la demostración de que a este equipo le falta un mundo para ser competitivo y que el proyecto está neta y completamente caduco. El inmovilismo de Rob Pelinka y Jeanie Buss a los despachos queda justificado para ellos y confirmado como desastre para todos los demás, con un desaprovechamiento absoluto y soberano de los últimos años buenos de LeBron James, ya definitivamente de capa caída por mucho que su nivel en su retorno a Florida haya sido de lo poco salvable del partido; y también de lo poco que le quedaba en el depósito a un Anthony Davis que es la personificación de la inconstancia física, pero no ha tenido nada al lado cuando ha estado bien, demostrando ser uno de los mejores jugadores de la NBA en uno de los peores equipos de la NBA.
Hablar de decepción es complicado, porque es un sentimiento que depende absolutamente de las expectativas. Los Lakers están donde tienen que estar, luchando por emerger de los puestos de play in, con un 3-0 que se transformó luego en 10-4 y que es ahora un 12-10 con el que se vislumbra ese 50% de victorias que es el pan de cada día de un equipo mediocre, de rotación corta, demasiado dependiente de dos estrellas decadentes y con un organigrama estructural más dedicado a honrar a LeBron en sus últimos (porque ya sí que lo son) tiempos de LeBron que a pensar en anillos, eso que antes era la consecuencia lógica del glamour y del placer, algo de lo que hoy se habla con cierta añoranza y sin poder proyectar ese aura que envolvía a una franquicia que ha escrito las páginas más importantes de la historia del baloncesto norteamericano y mundial. Los Lakers son lo que son por George Mikan, Jerry West, Elgin Baylor, Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Shaquille O’Neal o Kobe Bryant, entre muchos otros. Y han dejado de ser lo que han sido con LeBron, el mejor de todos esos jugadores, el que dio el paso definitivo para arrebatarle a Michael Jordan el puesto que la opinión pública siempre le otorgó. El mismo que siempre le negó a Kareem y que ocupa ahora un Rey sin corona. Un monarca con tanto pasado al que da igual que se le exilie del presente. Pero que vive, igual que los Lakers como entidad, de los recuerdos.
Los Lakers perdieron de 41 en Miami después de hacerlo de 29 en Minnesota, acumulando un -70 en los dos últimos partidos. Y en un partido sencillamente patético, de una imagen pésima: 69-52 al descanso antes de enfrentarse a un tercer periodo que está siendo la tortura de la temporada y que finiquitó la cosa, poniendo el marcador en 105-72. En ese punto, Magic puso un tuit: “Me siento avergonzado por los Lakers”. La cosa fue a más, la diferencia llegó a ser de 43 y las ganas que tenían los angelinos de que finalizara el encuentro fue extensible a los aficionados, hartos de ver semejante paliza. El lenguaje corporal y la situación anímica se reflejaron perfectamente en pista: sin punch, velocidad, primer paso o intencionalidad. Con pérdidas, errores, precipitaciones y muchas jugadas que se resolvieron lanzando porque había que lanzar. Con poco orgullo y nada de corazón. Los Heat tiraron con casi un 58% de acierto, superaron el 51% en triples, apenas visitaron 9 veces la línea de personal ante una defensa imberbe, atraparon 52 rebotes y repartieron 42 asistencias. Los visitantes se quedaron en un 42%, un 5 de 22 desde el exterior, 36 rechaces, 29 pases a canasta y 13 pérdidas. Sin comentarios.
“Estoy avergonzado. Todos estamos avergonzados. No es un partido en el que hayamos luchado lo suficiente, ni demostrado el profesionalismo adecuado… Tiene que haber un cierto sentido de responsabilidad… Soy responsable de esto, pero tendrá que haber un cierto sentido de responsabilidad en la cancha”, dijo Redick tras el encuentro. Las comparativas con Darvin Ham ya no son tan buenas, pero la realidad es que ni el segundo era tan malo ni el primero es tan bueno. La solución de los Lakers no ha estado en el banquillo en todo este tiempo, pero desde luego tampoco el problema. Y si Frank Vogel fue la mejor versión de un entrenador desde la salida de Phil Jackson (es decir, en 13 años), fue porque era bueno en su trabajo, pero también porque tenía las piezas necesarias para intentar un asalto a lo más alto. Algo que se consiguió en 2020, una fecha de la que han pasado casi cinco años que parecen haber sido muchos más. Igual que parece que ha pasado mucho más tiempo de todo lo demás: de los anillos, los tiempos de gloria y el hecho de capitalizar la vida social de Los Ángeles, coleccionando estrellas en pista a base de acumularlas en las gradas. Algo que consiguió el Doctor Buss, tocado por la varita del emprendimiento y la oportunidad, del sueño americano. Y que se evaporó con él, porque hay personas con un talento demasiado especial como para que nadie pueda imitarlas. Y si existe esa persona, desde luego no es Jeanie. Por lo que sea.
Curiosamente, LeBron fue el único que se salvó de la hecatombe en apenas 29 minutos en pista. La estrella sumó 29 puntos, 5 rebotes y 8 asistencias, con un buen 12 de 18 en tiros de campo y un 1 de 4 en triples que acaba con el 0 de 19 combinado que tenía en los últimos cuatro partidos. También sumó 5 pérdidas. El partido de Anthony Davis fue patético (8 tantos, 3 de 14 en el lanzamiento, superado permanentemente por Bam Adebayo), y las constantes lesiones angelinas (Jalen Hood-Schifino, Christian Wood, Austin Reaves, Jaxson Hayes, Jarred Vanderbilt o un Bronny que hoy se habría hinchado a jugar) ya no valen como excusa. En los Heat, que movieron el balón como quisieron, como si jugaran solos, el mejor fue Tyler Herro con 31 puntos, 11 de 19 en el lanzamiento y un 9 de 16 en triples (7 de 7 en el tercer cuarto) que fue un martilleo constante desde el exterior. Adebayo hizo un poco de todo (14, 10 y 7), Jimmy Butler sumó 17 tantos, 9 rechaces, 5 pases a canasta y 2 robos de balón; Terry Rozier llegó a los 16 y Kevin Love a 10. La paliza, una de las mayores de la carrera de LeBron, tuvo lugar frente a su excompañero en los Cavaliers (con el que ganó el anillo de 2016) y en Miami, el lugar en el que por fin ganó sus ansiados anillos. Ese en el que sigue entrenando Erik Spoelstra, el único que le ha sobrevivido. Y que sigue gobernado por Pat Riley, el que dijo que había cometido el mayor error de su carrera cuando se marchó de vuelta a Ohio. No fue así, pero cualquiera tira de ese argumento ahora. El hacedor del Showtime tiene una estatua, por cierto, prometida por los Lakers. De tiempos pasados que fueron mejores. Para no.
Finalmente, se ha demostrado que el fichaje de Russell Westbrook, ese que sacó de la franquicia a jugadores esenciales como Alex Caruso y puso patas arriba la entidad, desintegrando la plantilla que ganó el anillo de 2020, fue el principio del fin, la imposibilidad de que la historia terminara bien, lo hiciera cuando lo hiciese. LeBron, que ha exculpado al cuerpo técnico tras el duelo y ha echado la culpa a los propios jugadores (la imagen fue realmente vergonzosa) se ha cansado de batir récords de longevidad que no han venido acompañados de un récord acorde a su figura ni a posibilidades de anillo. Los Lakers están condenados a ser un equipo mediocre, que va a tirones, con brotes verdes que no se cree nadie y crisis horribles que convencen a todo el mundo. La defensa es bochornosa, el vestuario parece cada vez más desconectado de un Redick que venía con aires de promesa, la apatía ha apresado a los jugadores y el récord es lo que suele acabar siendo en situaciones en las que tantas y tantas cosas fallan. De hecho, todo falla en una entidad que no tiene rumbo más que huir hacia delante esperando un final cada vez más próximo y a la que solo le queda por saber si a LeBron todavía le quedan uno o dos años más, tal y como está la situación. El equipo es una sombra y parece un milagro que vaya en positivo con lo que hemos visto en los últimos partidos. Pero de la esperanza se pasó a la inestabilidad, de ahí al bochorno... y ahora, al averno. Ahí es donde están los Lakers a 5 de diciembre de 2024: en el infierno. El lugar en el que, tristemente, se merecen estar.
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Jimmy Butler
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Bam Adebayo
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Tyler Herro
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Duncan Robinson
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Alec Burks
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Jaime Jaquez Jr.
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Nikola Jovic
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Pelle Larsson
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Josh Richardson
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Dru Smith
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Kel'el Ware
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Min | Pts | RT | RO | RD | Ast | Per | Rec | Tap | T1 | T2 | T3 | FR | FC | Val | ||
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22
Jimmy Butler
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29 | 17 | 9 | 5 | 4 | 5 | 1 | 2 | 1 | 0/1 | 7/11 | 1/1 | 0 | 1 | 0 | |
24
Haywood Highsmith
|
29 | 14 | 2 | 1 | 1 | 3 | 1 | 1 | 0 | 0/0 | 1/2 | 4/5 | 0 | 2 | 0 | |
13
Bam Adebayo
|
24 | 14 | 10 | 0 | 10 | 7 | 2 | 1 | 1 | 2/3 | 6/7 | 0/1 | 0 | 1 | 0 | |
14
Tyler Herro
|
26 | 31 | 5 | 0 | 5 | 4 | 4 | 1 | 0 | 0/1 | 2/3 | 9/16 | 0 | 1 | 0 | |
55
Duncan Robinson
|
27 | 7 | 3 | 1 | 2 | 6 | 0 | 1 | 0 | 0/0 | 2/4 | 1/3 | 0 | 2 | 0 | |
31
Thomas Bryant
|
8 | 8 | 4 | 0 | 4 | 0 | 0 | 0 | 2 | 2/2 | 0/1 | 2/5 | 0 | 0 | 0 | |
18
Alec Burks
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0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
11
Jaime Jaquez Jr.
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16 | 9 | 4 | 3 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0/0 | 3/4 | 1/2 | 0 | 2 | 0 | |
16
Keshad Johnson
|
5 | 0 | 2 | 0 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
5
Nikola Jovic
|
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
9
Pelle Larsson
|
19 | 5 | 4 | 1 | 3 | 6 | 1 | 1 | 0 | 0/0 | 1/2 | 1/3 | 0 | 2 | 0 | |
42
Kevin Love
|
14 | 10 | 4 | 1 | 3 | 5 | 1 | 1 | 1 | 0/0 | 2/2 | 2/5 | 0 | 2 | 0 | |
0
Josh Richardson
|
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
2
Terry Rozier
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25 | 16 | 2 | 0 | 2 | 2 | 2 | 1 | 0 | 2/2 | 4/6 | 2/5 | 0 | 1 | 0 | |
12
Dru Smith
|
12 | 3 | 3 | 1 | 2 | 3 | 2 | 1 | 0 | 0/0 | 0/1 | 1/1 | 0 | 2 | 0 | |
8
Josh Christopher
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0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
7
Kel'el Ware
|
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
28
Rui Hachimura
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23
LeBron James
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3
Anthony Davis
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4
Dalton Knecht
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1
D'Angelo Russell
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Max Christie
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10
Christian Koloko
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20
Maxwell Lewis
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5
Cam Reddish
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94
Armel Traore
|
7
Gabe Vincent
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0
Jalen Hood-Schifino
|
41
Quincy Olivari
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Min | Pts | RT | RO | RD | Ast | Per | Rec | Tap | T1 | T2 | T3 | FR | FC | Val | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
28
Rui Hachimura
|
26 | 14 | 3 | 0 | 3 | 1 | 1 | 0 | 1 | 1/1 | 5/5 | 1/2 | 0 | 0 | 0 | |
23
LeBron James
|
29 | 29 | 5 | 1 | 4 | 8 | 5 | 1 | 0 | 4/4 | 11/14 | 1/4 | 0 | 2 | 0 | |
3
Anthony Davis
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31 | 8 | 7 | 1 | 6 | 5 | 0 | 1 | 0 | 2/4 | 3/13 | 0/1 | 0 | 3 | 0 | |
4
Dalton Knecht
|
22 | 2 | 2 | 1 | 1 | 1 | 3 | 2 | 1 | 0/0 | 1/2 | 0/2 | 0 | 0 | 0 | |
1
D'Angelo Russell
|
29 | 12 | 1 | 0 | 1 | 4 | 2 | 0 | 0 | 1/1 | 4/9 | 1/4 | 0 | 0 | 0 | |
12
Max Christie
|
26 | 11 | 7 | 5 | 2 | 5 | 0 | 1 | 0 | 2/2 | 3/7 | 1/1 | 0 | 0 | 0 | |
10
Christian Koloko
|
13 | 4 | 4 | 3 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 2/3 | 0/0 | 0 | 2 | 0 | |
20
Maxwell Lewis
|
8 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/2 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
5
Cam Reddish
|
14 | 0 | 0 | 0 | 0 | 2 | 1 | 0 | 1 | 0/0 | 0/1 | 0/2 | 0 | 0 | 0 | |
94
Armel Traore
|
12 | 4 | 5 | 0 | 5 | 0 | 0 | 1 | 1 | 2/5 | 1/4 | 0/1 | 0 | 0 | 0 | |
7
Gabe Vincent
|
24 | 9 | 2 | 1 | 1 | 3 | 1 | 3 | 0 | 2/2 | 2/6 | 1/5 | 0 | 1 | 0 | |
0
Jalen Hood-Schifino
|
0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
41
Quincy Olivari
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