Los Heat, contra la historia: Butler confirma una revuelta para los anales

Se acabó lo que se daba para los Knicks. Los Heat se llevan la serie que se dio, pero la que nunca tuvo que darse, una en la que se esperaban en semifinales de Conferencia a Bucks y Cavaliers, equipos que nunca llegaron. La entidad de Florida ha pasado, sencillamente, porque ha sido mejor que su rival. Porque Erik Spoelstra, uno de los tres mejores entrenadores en activo (junto a Steve Kerr y Gregg Popovich) es superior a Tom Thibodeau. Porque Jimmy Butler pasa de héroe a superhéroe cuando llega el mes de abril. Porque el Kaseya Center, una pista con un público parco y casi soso en regular season, convierte el ambiente en un infierno en playoffs. En definitiva, porque sí. No podía ser de otra manera: la victoria en el duelo inaugural en el Madison preveía una serie a seis partidos que podrían haber sido menos pero no más. Ni incluso con las intentonas finales de los Knicks, que se despiden de una gran temporada, se pensaba que podía ser posible ese séptimo que no ha llegado. Lo han tenido, han podido forzarlo. Pero han sucumbido ante un equipo que está ahora mismo por encima del nivel al que debería estar un octavo clasificado de la Conferencia Este.

Los Knicks lo intentaron: llegaron a ir 17-31 en un primer cuarto que finalizó con un parcial de 7-0 para los Heat (24-31). En el segundo periodo, Tom Thibodeau se empeñó en dar un descanso extraño a Jalen Brunson (que en el quinto asalto disputó los 48 minutos) y a Julius Randle, un hombre con obvias carencias defensivas pero capacidad para desatascar los ataques. ¿Resultado? 27-19 de parcial, con una crisis bárbara en la ofensiva; y 51-50 al descanso. Partido nuevo con 24 minutos por delante que manejaron mejor los Heat, que llegaron 3 arriba al último cuarto (74-71) y ahí supieron gestionar perfectamente el tempo y el clutch time. Eso sí, los neoyorquinos tuvieron una última oportunidad: tras ir perdiendo 92-86, se pusieron 92-90 tras dos tiros libres de Brunston y una canasta de Josh Hart, que recibió el pase del propio Brunson. Butler falló, pero su némesis en los Knicks, ese base que se ha convertido en el héroe del Madison, perdió el balón en la última jugada. Cortó el pase Kyle Lowry, curtido en mil batallas. Los tiros libres hicieron el resto. Al final: 96-92.

La desafortunada última acción de Brunson no empequeñece ni su nivel en los playoffs, ni en la serie, ni, por supuesto, en el partido en el que se ha visto obligado a decir adiós: 41 puntos, con 14 de 22 en tiros de campo, 5 de 10 en triples y 8 de 9 en tiros libres, además de sumar 4 rebotes y 3 asistencias. Su temporada ha sido espectacular, ha demostrado que se merece el contrato que recobió (104 millones en 4 temporadas) y es la estrella del futuro de la franquicia. Veremos si también lo es Julius Randle, un hombre que te quita más de lo que te da y que tampoco ha aportado en ataque en estos playoffs: hoy, 15+11+3 (con 2 tapones), pero 3 de 14 en el lanzamiento con un paupérrimo 1 de 7 en triples. Rj Barret sumó 11 en otro día para olvidar (1 de 10) y Josh Hart, que se ha ganado el puesto al ser un perfil del más puro estilo Thibodeau, se ha ido a 11+7. El técnico, por cierto, permitió la derrota en el primer asalto al no insistir en atacar a un claramente tocado Jimmy Butler (que fue baja en el segundo) y hoy se ha liado con las rotaciones en el momento clave, cuando se podría haber escapado. Sigue siendo fiel a su estilo. Buena temporada, pero techo comprobado. Otra vez.

En los Heat, todo bien: pisarán sus segundas finales de Conferencia consecutivas, el año pasado como líderes del Este y este como octavo entorchado. Spoelstra se vuelve a reivindicar como uno de los mejores entrenadores de la historia y espera a Celtics o Sixers, que se van al séptimo, con un día extra de descanso. Butler esta vez no estuvo brillante (7 de 22 en tiros), pero anotó 22 tantos, con 8 rebotes y 4 asistencias. Bam Adebayo siguió haciendo su daño habitual en la zona (23+9), Max Strus se fue a 14+6+6 y Kyle Lowry, excelso, consiguió 11 puntos, 4 rebotes y 9 asistencias desde el banquillo, además de 3 robos, uno de ellos clave para amarrar la victoria. Una más dentro de un equipo que siempre compite, contra todo y contra todos, sean cuales sean las circunstancias, favorables o no. Una revuelta para los anales: al fin y al cabo, el último octavo clasificado en llegar a las finales de Conferencia fueron los Knicks de 1999. Esos llegaron a las Finales, que perdieron ante los Spurs (4-1), el primer anillo de la dinastía texana. ¿Igualarán los Heat, al mens, la gesta? Veremos. Capaces son de ello, eso está claro.