NBA | THUNDER 116 - 127 WARRIORS
Curry se exhibe ante unos Thunder que pierden a Holmgren
El base se exhibe y los Warriors olvidan la derrota en Ohio. Los Thunder pierden a Holmgren de 8 a 10 semanas por una lesión de cadera que le sacó del partido en el primer cuarto.
El 27 de febrero de 2016, Stephen Curry se paraba en el centro de la pista del Paycom Center (conocido entonces como Chesapeake Energy Arena) y anotaba un triple para los anales en el BANG del narrador Mike Breen resonó más fuerte que nunca. El base acababa así y en la prórroga con la maravillosa resistencia de los Thunder, que sucumbían ante el poder de un jugador que se hizo con el mundo esa temporada y que lideró a su equipo a su quinta victoria consecutiva, la 16 de las últimas 17. El parón del All Star ya había pasado y los Warriors iban sin disimulo a por un récord que acabaron consiguiendo, llegando en el último partido de la regular season a las 73 victorias, uno de los hitos más importantes del baloncesto contemporáneo. Cimentado en la figura del excepcional playmaker, que también fue verdugo, con una gran ayuda de Klay Thompson, de los Thunder en playoffs, remontando un 3-1 en las finales de Conferencia. Lo mismo que les pasó después, todo sea dicho, ante los Cavaliers en las Finales, en el contexto del anillo prometido de LeBron James y su inabarcable figura.
A Curry siempre le han gustado los Thunder. Y con 36 años sigue teniendo cuerda para rato. Por eso no sorprende ni tanto ni tan poco que se haya ido a 36 puntos en Oklahoma para vencer a un rival que ha hecho un equipo pensado para ganar el anillo. Los Warriors venían de una derrota muy dura en Ohio, donde llegaron a ir más de 40 puntos abajo durante la primera mitad ante unos Cavaliers que no pierden contra nada ni contra nadie. Pero antes habían conquistado el Garden y ahora han hecho lo propio con la casa de los Thunder. Y todo con un Curry que lo sentenciaba todo con dos triples consecutivos en el último cuarto, mandando a dormir al rival y cerrando una exhibición estupenda: 13 de 23 en tiros de campo, 7 de 13 en triples, 3 de 4 en tiros libres, 5 rebotes y 7 asistencias. En el tercer cuarto, en el que los Warriors rompieron el partido con un incontestable parcial de 21-42, se fue a 17 puntos. Toda una exhibición. Y una victoria que deja claro que la última gran dinastía va a competir hasta las últimas consecuencias. Hasta el final. Sea cual sea y cueste lo que cueste. Si hay que morir, que sea con las botas puestas.
Nadie fue capaz de frenar a Curry, el líder de unos Warriors corales a los que nada les asusta y cuya aura está curada de espanto. Lo han visto todo, lo han vivido todo y no creen en el destino. Y también han sufrido la otra cara del baloncesto, esa que les tocó esta vez a los Thunder, veremos con qué repercusiones: Chet Holmgren se lesionó de la cadera durante el primer cuarto y ya no volvió a pista, dejando huérfana una zona que ya de por sí cuenta con las bajas (ya veremos hasta cuándo) de Isaiah Hartenstein y Jaylin Williams. Sin Holmgren, que estará fuera de 8 a 10 semanas (entre dos y tres meses, puede que más), los Warriors se consiguieron mover mucho mejor en la zona y eso se tradujo en un movimiento de balón (repartieron hasta 35 asistencias, 10 más que los Thunder) que torturó a sus rivales. Los Warriors rozaron el 50% en triples (21 de 43) y lanzaron por encima del 50% en tiros de campo. De’Anthony Melton, con 19 tantos y 10 rebotes, se movió por donde quiso. Y Draymond Green hizo uno de sus partidos habituales con 8 puntos, 4 rechaces y 11 asistencias. Andrew Wiggins, por su parte, hizo un partido muy completo: 18, 8 y 5, con 3 robos. Mientras que Jonathan Kuminga fue clave desde el banquillo al conseguir 20 puntos (8 de 11 en tiros) en 26 minutos.
Los Thunder sufren un importante revés en lo referente a un Holmgren que ya tiene a su corta edad (22 años) un importante historial de lesiones para un unicornio que quiere plantar batalla a Victor Wembanyama en la lucha por el trono del futuro de la NBA. Ante los Warriors, Shai Gilgeous-Alexander estuvo errático (24 puntos, 6 de 17 en el lanzamiento), Luguentz Dort se fue a 16 tantos e impuso su físico de forma intermitente, mientras que Jalen Williams fue el más destacado: 20 tantos (9 de 15 en tiros), 3 rebotes, 4 asistencias y 4 tapones. Pero no hubo manera: los locales fallaron todos los triples que intentaron en el tercer periodo (0 de 8) y se llegaron a poner a 8 puntos (106-114) a menos de 5 minutos para el final, pero reaccionaron tarde y Curry se encargó de templar como mejor sabe esos ánimos que amenazaban con desbordarse. La dinastía sabe muy bien cómo cerrar partidos y lo hizo a su manera, sin nervios y gestionando perfectamente una ventaja que llegó a ser de 30 puntos. Y suman una victoria muy importante ante un rival que lo es más aún. Todo ello, por obra y gracia de Stephen Curry, claro.
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