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GOLDEN STATE WARRIORS

Green: “Del 1 al 10, odiaba a Chris Paul un 11″

Draymond Green charla con ‘ESPN’ en los albores de una nueva temporada NBA, para la que los Warriors han fichado a un veterano como Chris Paul.

Actualizado a
OAKLAND, CA - MAY 22: Draymond Green #23 of the Golden State Warriors and Chris Paul #3 of the Houston Rockets speak with referee Derrick Stafford #9 during Game Four of the Western Conference Finals of the 2018 NBA Playoffs at ORACLE Arena on May 22, 2018 in Oakland, California. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement.   Ezra Shaw/Getty Images/AFP
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EZRA SHAWAFP

Los Warriors vuelven al ruedo. Es lo que les toca tras una temporada de muchos problemas, en la que no pudieron revalidar el título de 2022, fueron un equipo paupérrimo fuera de casa (11-33) y cayeron en semifinales del Oeste, la primera vez que pierden una eliminatoria en su Conferencia desde 2014, cuando lo hicieron en primera ronda ante los Clippers. En los angelinos estaba entonces Chris Paul, que hizo su magia para imponerse a su rival, que empezó en ese punto a conformar definitivamente una dinastía, la última que ha visto la NBA. Steve Kerr llegó y se sucedieron las Finales (5 consecutivas), los anillos (3 en ese periodo de tiempo, 4 en total), las 73 victorias de la 2015-16 (tope absoluto), los récords, los premios individuales, los colectivos y una huella ya imborrable en la historia de la mejor Liga del mundo.

Esos tiempos quedan cada vez más lejano. Si bien el recuerdo de hace dos temporada dejó satisfechos a los aficionados, parece cada vez más complicado ignorar el paso del tiempo, algo que se acusa más todavía con el fichaje de Chris Paul, ese verdugo que lo fue hace casi una década (parece que fue ayer), tiene 38 años y arrastra un enorme historial de problemas físicos. No está sólo entre los veteranos: Stephen Curry se va a los 35 años, Klay Thompson 33 y Draymond Green otros tantos. Todos sumarán una primavera más durante el curso, entre febrero y mayo. Y el recuerdo de los éxitos pasados no justifica un presente en el que el ritmo frenético de los rivales, los viajes extenuantes, las horas de vuelo o la acumulación de partidos tienen cada vez más consecuencias.

De momento, los Warriors son optimistas. Y es cierto que a un campeón nunca hay que darlo por muerto. Draymond Green ha dado una extensa entrevista en ESPN en la que asegura que la dinastía no ha muerto y que los rivales tendrán que sudar mucho para vencerles este curso. También ha señalado que los Warriors afrontan su temporada más importante y que uno de los objetivos es conquistar el primer anillo de la carrera de Chris Paul. Sobre el base también ha hablado: “Del 1 al 10, le odiaba un 11. Si no lo odiabas no podías ganarle”, asegura Green, cuyo equipo ha tenido grandes rivalidades con Paul no sólo cuando el base era parte de los Clippers, también cuando lo era de los Rockets. Entonces, iban 3-2 en las finales del Oeste de 2018 cuando la estrella se lesionó en los dos últimos partidos, que perdieron los texanos sin que James Harden fuera suficiente. Algo que ninguno ha olvidado.

El fichaje de Paul plantea los problemas económicos que los Warriors llevan gestionando ya unos años. El base cobrará 30 millones este curso y otros tantos al siguiente, Curry se irá a casi 52 de un contrato de 167, Klay se sitúa por encima de 53 y Draymond, al que muchos situaban ya fuera del proyecto, 22 tras renovar por 100 en cuatro años. A esto hay que añadir los 24 que cobrará Andrew Wiggins (de un acuerdo de hasta 109). Es decir, una mansalva de dinero que se tendrá que ponderar para ver si se tiene que pagar el impuesto de lujo y, especialmente, esa segunda multa que acompaña a los que se pasen de forma abusiva del límite salarial, recogida en el nuevo convenio de la NBA, que se hará totalmente efectivo durante la próxima temporada.

Cuadrar en lo deportivo

Cuenta el artículo de la ESPN que Draymond y Paul se comunicaron brevemente tras hacerse efectivo su fichaje y luego se dejaron espacio para pensar. Mike Dunleavy Jr., General Manager de la entidad y cabeza visible de la directiva tras la salida del histórico Bob Myers, ha asegurado que ambos jugadores encajarán “su competitividad e inteligencia”. Green, por su parte, quiere olvidarse del pasado: “Nos hemos reunido como equipo, lo hemos logrado juntos y la vibra se siente genial. Soy un estudiante del juego de baloncesto y Chris Paul es un maestro, y espero aprender de él”. Enterrar el hacha de guerra es fundamental para que todo funcione, especialmente en el caso de Green, que ya tuvo problemas en el pasado con Kevin Durant y el año pasado una pele que trascendió a lo público con Jordan Poole, que salió junto a sus millones este verano al no dar el nivel en playoffs.

Se espera que con la llegada de Paul se libere a Curry de las responsabilidades de la distribución y se añada a un jugador con un manejo histórico del balón que habilite a los compañeros más allá del propio Green, que siempre ha ejercido esa responsabilidad como una de las señas de identidad del proyecto. “Habrá un obstáculo al jugar juntos porque tomará un tiempo acostumbrarse. Pero estoy emocionado por ello”, ha dicho Green. Que ya ha avisado a propios y extraños que los cuatro anillos de estos Warriors pueden perfectamente transformarse en cinco... o incluso seis. El ala-pívot siempre está en el ojo del huracán y entiende que causa polémica, pero ha querido dejar claro que la pelea con Poole fue un error y que está preparado para ayudar al equipo. Eso sí, le ha costado: “Lo que me hizo dudar es que no sabía si tendría la oportunidad de redimirme”.

Klay Thompson, que espera volver a ser el que era antes de las lesiones y que ha tenido muchos problemas en la defensa y el lanzamiento que antes no tenía en la última temporada (totalmente comprensibles), ha pegado en una cinta adhesiva un recorte de periódico en las prácticas de entrenamiento con los 26 jugadores que, en la historia de la NBA, han ganado 5 o más anillos. Toda una declaración de intenciones con la que los Warriors aseguran que van a ir a por todas y que quieren demostrar al mundo que siguen al pie del cañón, que no están muertos y que están dispuestos a luchar contra cualquier rival.

Es otra temporada más para un equipo envejecido, pero no muerto. Uno que ha visto su racha cortada, pero que quiere seguir siendo candidato permanente. Al que le da igual el paso del tiempo. Así son, al fin y al cabo, las grandes dinastías de la mejor Liga del mundo. “Los Lakers nos han ganado una vez y eso es genial”, dijo Draymond en referencia a la derrota de hace unos meses. “Ahora, tienen que hacerlo una y otra vez. Y no creo que eso vaya a suceder”, asegura el ala-pívot, ángel y demonio, personificación del carácter de la franquicia, líder del vestuario. Rudy Tomjanovich dijo aquello de “nunca subestimes el corazón de un campeón. Y el respeto que se han ganado estos Warriors nos obliga a pensar que esa histórica frase tiene que estar en nuestras mentes. Curry, Klay, Green, Steve Kerr... y Draymond, claro. Que quiere más. Mucho más. Eso siempre.