Porzingis echa la culpa de su ausencia en el Mundial a unas zapatillas
El nuevo jugador de los Celtics quiso explicar en su presentación con el equipo de Boston por qué no había forzado para jugar el Mundial.
Una nueva etapa se inicia esta temporada para Kristaps Porzingis. Después de sus etapas en Mavericks y Wizards, las posteriores a su gran irrupción en la NBA de la mano de New York Knicks, este verano ha llegado a los Celtics gracias a un traspaso en el que un santo y seña de los verdes como Marcus Smart tuvo que decir adiós al equipo. El jugador letón renovó por 60 millones para los próximos dos años como parte de la negociación del mencionado trueque y la franquicia ha estado monitorizando sus vacaciones para hacerle entender que, dado su historial de lesiones, le querían al 100% cuando comenzara el curso. Por ello el Mundial quedó en un segundo plano.
En el media day de los Celtics el pívot explicó algo más este hecho. “La decisión más inteligente para mí fue renunciar a ir y asegurarme de que mi pie se recuperaba antes del comienzo de la temporada. Y es lo que hice. Sé que no parece que lo del Mundial fuera una cosa importante, pero lo era porque no poder jugar para mí país realmente me partió el alma. Pero sé que era la decisión correcta y estoy orgulloso de haberla tomado”, recalcó. Hablamos de una fascitis plantar, adelantada por el periodista Rupert Fabig y ratificada tras días de comunicados cruzados por el propio jugador. El estrés en uno de sus pies le llevaba a parar y tener que renunciar al Mundial con Letonia, aunque estuvo presente como parte de la concentración. Añadió: “No le había prestado mucha atención y seguí entrenando y seguí jugando porque iba a empezar la preparación del equipo nacional. Estaba en muy buena forma física pero el pie me daba algún aviso, por lo que consulté al equipo médico y me pidieron que descansara unos días. Y no hubo progreso en ese corto periodo”. Lo más curioso es la razón que Porzee cree tener para este problema: “Creo que todo empezó cuando me cambié de modelo de zapatillas durante el verano. Por eso el pie empezó a estar más sensible”. Sobre su leyenda de debilidad física también quiso comentar lo siguiente: “Por ejemplo, la pasada temporada muchos de los partidos que no jugué fueron por enfermedad y no por lesión. Sé que los médicos harán su parte y me guiarán para poder o no jugar, pero yo quiero estar en todos los partidos posibles y me aseguraré de que así sea”.
Lo malo para Letonia en esta confesión es no saber cuál era su nivel real en la cita mundialista. Sin su jugador de referencia fueron capaces de llegar hasta cuartos de final, habiendo condenado a España previamente en la segunda ronda de grupos, y siendo eliminada por Alemania -luego campeona- y teniendo con el 81-79 un triplazo de ganar.
Se espera que juegue combinando las funciones dentro y fuera de la zona junto al dominicano Al Horford en un quinteto de mucho nivel, mucho mayor que el que presentan los suplentes, junto a los Jays (Tatum y Brown) y el recién fichado Jrue Holiday.
El interior de Liepaja sólo ha disputado 402 de los 639 partidos de fase regular en los que podía haber estado durante sus ocho años en la mejor liga del mundo. Es por ello que se haga tanto hincapié en la disponibilidad para estar en cancha del letón, cuya calidad es indudable. Mazzulla -según ha explicado el jugador- puede contar con él desde ya.