Un genio contra la máquina
Un Luka Doncic en estado de gracia contra la gran favorita para el oro, la Alemania de Schröder y Wagner, en el último partido de cuartos de final del Eurobasket.
El 14 de septiembre de 2022 fue un día muy duro para Luka Doncic. Después de su triunfal estreno con oro incluido en un Eurobasket -en 2017, con solo 19 años y a lomos de la ola de la revolución verde de una Eslovenia vibrante-, su estrella se marchitó en una eliminación sin gloria; en cuartos de final y con muy malas sensaciones contra una Polonia que partía como víctima. Enredado en protestas, agotado y con un tobillo maltrecho, muy lejos de sus sensaciones físicas óptimas después de una primera fase en la que había asombrado con dos partidos seguidos maravillosos (36 y 47 puntos) contra dos pesos pesados como Alemania y Francia.
Tres años después, Doncic llega de nuevo al cruce de cuartos, la frontera de la lucha por unas medallas que fijó como objetivo a pesar de la poco luminosa situación de Eslovenia, una selección con muy poco relevo generacional y que se quedó sin el alero Vlatko Cancar y el pívot nacionalizado Josh Nebo. Ambos fichados por un Milán que torpedeó su presencia en el torneo. Como una confirmación de los malos presagios, Eslovenia empezó perdiendo contra Polonia y Francia. Pero, desde ahí, cuatro victorias seguidas: Bélgica, Islandia, Israel y, en octavos, Italia.
Con Luka Doncic como alfa y omega, claro. En otra actuación prodigiosa, el base que ahora es de los Lakers, en mejor forma física que en anteriores veranos, juega 33,4 minutos de media (como en 2022, cuando acabó desmadejado), carga con el juego de su equipo en cada posesión y promedia, hay que frotarse los ojos, 34 puntos, 8,3 rebotes, 7,2 asistencias y 3,2 robos con 36,7 créditos de valoración. Lidera (y es segundo en asistencias por detrás del lesionado Jokubaitis) el Eurobasket en puntos, robos y valoración por delante, en ambos datos, de Giannis Antetokounmpo.
Y sigue apilando hitos: contra Bélgica firmó el quinto triple-doble de la historia del torneo (26+10+11 en solo 30 minutos) y ha adelantado a Drazen Petrovic y es tercero en el histórico de media de puntos (23,3 en 22 partidos), un dato en el que el líder es Nikos Galis (31,2). El inolvidable base griego anotó al menos 30 puntos en los ocho partidos del Eurobasket 1987. Y en cinco del de 1989. Doncic ha llegado a esa cifra en cuatro de los seis que ha jugado.
Pero ahora toca el examen más difícil para Doncic y un lote de secundarios absolutamente comprometidos a partir de su liderazgo (Prepelic, Omic, Muric, Nikolic): Alemania es, tras la caída de Serbia, la gran favorita al oro, vigente campeona del mundo y bronce en 2022 después de estrellarse en su guaria de Berlín, en semifinales, contra la España imposible de Lorenzo Brown y Willy Henangómez.
Durante el torneo ha perdido a Johannes Voigtmann, una pieza importante en el engranaje interior, y tiene a Álex Mumbrú, su nuevo seleccionador, bajo mínimo por una pancreatitis. Pero es un bloque aplastante, líder en puntos (102,3 con Eslovenia segunda en 92,2) y valoración (129, lejísimos de las demás). Con experiencia, físico, especialistas en defensa y tiro y dos talentos NBA al frente: Dennis Schröder (20,2 puntos, 5,7 asistencias y 20 de valoración) y el poderoso alero Franz Wagner (24 años), ya con contrato de estrella en la NBA (más de 224 millones de dólares por cinco años) y rango de referente en el nivel FIBA (20,7 puntos, 5,8 rebotes, 3,8 asistencias y 23,8 de valoración en solo 23,8 minutos en pista). Dos jugadores imponentes al frente de una máquina de baloncesto aplastante que buscará imponer la lógica contra el talento ilógico de Luka Doncic, patrón de los imposibles.
La prensa alemana no tiene dudas
En Alemania, mientras, dan por segura la victoria de una selección que también llegó a semifinales el verano pasado, en los Juegos Olímpicos de París (Serbia la dejó sin bronce). El diario Die Welt ve el partido hecho para los suyos... y critica a un Doncic al que muchos rivales han aprendido, a lo largo de su carrera y por las malas, a no menospreciar a destiempo: “Alemania está invicta en el Eurobasket gracias a su rotación profunda y de máxima calidad. Eslovenia, en cambio, basa todo su juego en su excéntrica súper estrella, que nunca estaba muy lejos de un ataque de locura. El éxito en el deporte se basa en tres pilares: talento, entrenamiento y voluntad y disciplina. En lo alto de la pirámide suelen estar los que tienen esas tres cosas. El que quiera ser una gran estrella tiene que tener, como mínimo, dos de esas tres cosas. Salvo que te llames Luka Doncic. Eslovenia es un show de un solo jugador, todo lo contrario a Alemania”.
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