Los torneos de formación son un buen termómetro para comprobar la salud del deporte de un país y el verano de 2025 nos dice que el baloncesto femenino español está en un momento inmejorable. Elisa Aguilar, ahora presidenta de la Federación Española de Baloncesto, cerró en 2013 su carrera con el oro de Lille colgado al cuello. Junto a ella estaba una por entonces jovencísima Alba Torrens (23 años) que, más de una década después, fue la veterana (y capitana) de un equipo que llegó al Eurobasket de 2025 con el objetivo de no descolgarse del Premundial y acabó con una plata que pudo ser oro, si la final ante Bélgica hubiera terminado un par de minutos antes.

“Hemos tenido un verano de mucho éxito, hemos competido muy bien, hemos conseguido medalla en todas las categorías. Pero las protagonistas son ellas. Detrás hay un gran trabajo, sacrificio, no sólo de ellas, también de los clubes, de las federaciones autonómicas. Cuando ganan estamos contentos, pero si no lo hicieran, también, porque tenemos una estructura sólida de la que salen grandes deportistas, pero también grandes personas”, dijo Elisa Aguilar.

Alba Torrens ha estado en 10 de las 16 medallas que ha ganado la Selección en su historia y ahora es mentora de las que van llegando, porque lo bueno que tiene el basket femenino en España es que el goteo de talento es inagotable. Por ejemplo, en su día de Irati Etxarri (27 años) o ahora de Iyana Martín (19), por edad, debería haber peleado en el Mundial Sub-19, pero la asturiana (Premio Promesa AS en 2023) estaba más que preparada para dar el salto con las mayores. A saber qué hubiera pasado en esa cita si Iyana y Awa Fam hubieran estado porque, hasta el momento, el único muro que el baloncesto femenino no ha podido derribar es el de Estados Unidos. “Ocurrirá pronto”, cree la presidenta. En este Mundial Sub-19, España fue bronce; en todos de Europeos de formación (Sub-20, Sub-18 y Sub-16), oro. Cinco medallas en otro verano perfecto para las selecciones, que hicieron pleno y presumen de tres MVPS: Gina García (Sub-20, aunque tiene 18 años), Sara Okeke (Sub-18) e Isa Hernández (Sub-16).

“Tanto para mí como para todas las jóvenes, es un honor subir a jugar con la Selección absoluta, compartir vestuario con estas jugadoras, que llevamos desde pequeñas viendo en la tele, que nos abren las puertas del equipo tan fácil y que faciliten tanto el trabajo para que formemos un equipo tan chulo para conseguir estos éxitos”, dijo la benjamina, Iyana Martín.

Las Selecciones de formación acumulan 60 medallas desde la plata júnior que ganaron Betty Cebrián o Marina Ferragut en 1990: 26 oros, 23 platas y 10 bronces, que añadiendo las 16 de la Absoluta (4 oros, 5 platas y 7 bronces) darían un total de 76. Un presente muy bueno, pero que augura un futuro incluso mejor.

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