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SELECCIÓN ESPAÑOLA (M)

“¿Por qué no le vamos a ganar al Team USA?”

La cúpula de la FEB, con su presidente Jorge Garbajosa a la cabeza, visitó AS con el trofeo de ganador del último campeonato europeo.

Actualizado a
Visita de Jorge Garbajosa a la redacción de AS con el trofeo de campeón del Eurobasket 2023.
DANI SANCHEZDIARIO AS

El Eurobasket de la felicidad, el del cuento de hadas, terminó con el trofeo de campeón en el centro de la mesa de reuniones de AS. El presidente de la FEB, Jorge Garbajosa, acompañado de Elisa Aguilar, directora de competiciones; Oscar Graefenhain, director general; y Víctor Charneco, director de comunicación, hicieron el balance de un viaje inolvidable, trufado de anécdotas y con un final inesperado pero felicísimo: el oro de Berlín. “Cuando aún estábamos en la preparación, recuerdo que le dije a alguno de los chicos en Atenas, cuando perdimos contra Grecia, que ese iba a ser el nivel. Que si no estábamos a tope, nos iban a arrasar. Y aquel mate de Antetokounmpo fue la mejor demostración…”, explica Garbajosa mientras toma asiento. La Selección, sin embargo, fue a más. Y encontró la gasolina perfecta. “Nadie creía en ellos y eso llega a un vestuario. Tenían que ser los doce del patíbulo, no tenían ninguna opción. Y eso terminó llenando de épica la aventura. Hay gente que me ha llegado a decir que este éxito ha tenido más repercusión incluso que el del Mundial”.

Se respira mucha felicidad en la FEB y no es para menos. Pero también una sensación de pies en la tierra muy necesaria en una institución cuando llega el éxito. La clave del prestigio acumulado es el trabajo y de eso sí presume el director general. “No escatimamos un euro en lo deportivo. La formación es clave; de ahí una base de datos que nos permite tener informatizado el historial del jugador o la jugadora desde que es jovencísima; y saber qué puede bien a su rendimiento. Que sepamos si ha tenido una lesión hace tres años y qué le puede venir mejor a su preparación, lo que sea”, dice Graefenhain. Garbajosa comparte el éxito con la ACB: “Los clubes forman parte de la Asamblea de la FEB y si la Selección va bien, la ACB va bien. Y viceversa. Todo esto es bueno para el baloncesto”. Eso sí, destaca que “si se juegan todas las finales del verano en todas las categorías, es que hay algo detrás”. Y además de la metodología y esa base de datos, insiste en que las Ventanas han jugado un papel determinante. “Para mí sería fácil, con la gorra de campeón del mundo y del Eurobasket, decir que ahora es injusto tener que jugar unas Ventanas para clasificarme para cualquier torneo. Pero son las mismas Ventanas que nos han permitido que los jugadores compitan con la Selección nacional absoluta antes de un gran campeonato. Ya saben lo que es jugar en ambientes como en Georgia, Montenegro, Macedonia, antes de competir. Cuando hace cinco años con Sergio (Scariolo) para hablar de esto, el objetivo era este: tener jugadores como Arostegui, Brizuela, Jaime, Parra, Alberto, Pradilla, Sebas. Llevar a Juan Núñez (que estará disponible para las próximas Ventanas, por cierto, después de su fichaje por Ratiopharm Ulm) este año podía haber sido incluso una putada para el chaval”. “Hay que ponerlos a jugar, que los entrenadores crean en ellos sin tapujos”, apunta Elisa Aguilar, que además de directora de competiciones es la responsable del proyecto FEB Futura que en breve va a ver la luz y que está orientado a la formación de la formación. Esto es, mejorar el conocimiento de los entrenadores de cantera a partir de criterios técnico-tácticos de alto nivel para que repercuta directamente sobre esos entrenadores jóvenes.

La conversación deriva hacia los nombres propios. Lorenzo Brown, Lorenzo de Albacete ya después del bautizo de sangre de Garuba, centra parte de ellos. Para empezar, Garbajosa desvela, para poner en valor su compromiso con el equipo, que el base sufrió un “ataque de extenuación” el día antes del partido. Agotado por las apreturas del torneo, y tocado del hombro derecho (llegó a infiltrarse hasta en los descansos), el presidente de la FEB considera que se tomó con demasiada ligereza su nacionalización y que el torrente de críticas se demostró injustificado. “Conozco a Alfonso Reyes (presidente de la ABP) desde hace muchos años. Hemos jugado mucho tiempo juntos y los análisis tuiteros a mí me ponen muy nervioso. Lorenzo Brown ha venido aquí a ayudar al baloncesto español. Sin más. Y la noche antes de la final ni siquiera sabíamos si iba a poder jugar y puso su salud al servicio del equipo. Lorenzo ha venido, además, a quedarse. Porque fue él quien expresó su deseo de jugar con España, su amor por el baloncesto español, su admiración por Pau Gasol. Y ha cobrado exactamente igual, ni más ni menos, que Garuba, Rudy o cualquier otro jugador de esta Selección. Gracias a Lorenzo y a los otros chicos hemos conseguido que cuatro millones de espectadores se pongan a ver una final. Leí algo tan oportunista como que Lorenzo Brown le estaba aquí quitando el sitio a alguien. Y no es así. Pero si fuera así, y si Lorenzo Brown ha quitado el sitio a un jugador pero ha permitido que 100.000 niños más se pongan a jugar al baloncesto, me doy por satisfecho”. Garbajosa también recuerda cómo accedió al base estadounidense. “Después de Tokio, cuando caímos los dos equipos en cuartos de final, me tuve que quedar allí unos días. Le di vueltas a la cabeza y regresé con un plan con vistas a 2023. Pero claro. Se rompió Alocén, se rompió Ricky… El Chacho me llamó para decirme también que lo dejaba… Le dije a Sergio (Scariolo) que teníamos un problema porque Estados Unidos permite mantener la doble nacionalidad con muchos países. Sin embargo, si un estadounidense se quiere hacer español, pierde la nacionalidad. Pese a todo, hice correr un poco la voz y activar el radar. Y fue Lorenzo el que, pudiendo ir a otras selecciones, se ofreció para jugar con España porque admiraba a Pau, a Rudy, a Llull. Sergio me dijo que cuadraba perfecto y una vez más, acertó. Un día me lo encontré jugando a la pocha… Es discreto, simpático y buen compañero, se ha hecho querer. Sabíamos que la decisión generaría controversia y desgaste pero teníamos que ser responsables; no nos podíamos dejar llevar por lo que dijese quien no tenía la información necesaria. Debíamos tomar la decisión correcta”.

Garbajosa no tiene palabras para agradecer a los jugadores su esfuerzo. El de los Hernangómez (”lo de estos dos chavales, su compromiso con la Selección, es impresionante, una burrada) o el del capitán Rudy: “Tenía muy fácil decir que no con 37 años y, sin embargo, nunca he visto un jugador tan implicado. Ayer (por el miércoles) me mandaba un mensaje que me emocionó”. También el de Alberto: “Estaba descartado y casi ni dejó hablar a Carlos Jiménez (team manager de la Selección) cuando le llamó para volver. Le dijo que dónde estaban los billetes”. La obra lleva la firma y el sello de Sergio Scariolo: “Tiene contrato hasta 2024, pero es que Sergio es parte de esta casa. Se involucra en todo, colabora. Es el mejor seleccionador del mundo”. Para refrendarlo, este apunte de Óscar Graefenhain: “La última renovación se cerró en 15 minutos”. Dice Garbajosa que la generación de Pau cambió el deporte español. “Lo de la Eurocopa de 2008 de fútbol fue la leche y me alegré infinito, lo mismo que con el Mundial, pero lo que hicieron durante años es increíble, Y ahora hemos añadido a que tenemos un comandante como seleccionador que es la hostia”.

Y una vez cerrado el capítulo del arrollador éxito de este verano, el futuro. Empezando por Garbajosa, a los que varios dirigentes de FIBA Europa han pedido que se presente a las elecciones a la presidencia de 2023, impactados por el éxito del método del baloncesto español. Garbajosa, al que muchos homólogos de federaciones europeas ven como el ideal para suplir a Turgay Demirel, esquiva como puede la pregunta. “Sinceramente, no lo he pensado. Siento orgullo cuando hay compañeros que me piden que dé el paso porque demuestra que hemos hecho un buen trabajo. Porque cuando llegamos la situación económica era muy difícil y la gente pensaba que España se acababa en baloncesto. Hemos revertido la situación. Y cuando ves el respeto que te tienen, cómo nos ven, que el presidente de la federación georgiana me diga en la primera fase que vamos a ganar el torneo, que el secretario general de la italiana te diga igual…, hombre pues eso llena”.

Pero la cabeza de Garbajosa está en 2023, año del Centenario de la FEB y de Mundial. La primera es una gran noticia: “Veo a Ricky en el Mundial”. Su razonamiento tiene base y argumentos. El primero: “Que sus ganas son todas”. El segundo: “Que somos la Selección con menos ausencias de la historia; la gente quiere estar aquí”. El presidente confirma la noticia que AS adelantó a principios de julio. Está en marcha un torneo de torneos que pretende juntar en La Cartuja a Estados Unidos, la Eslovenia de Doncic y la España campeona del mundo y Europa. Prefiere no dar más detalles del evento, pero lo está trabajando porque “queremos hacer algo grande en nuestro centenario, algo diferencial, que la gente pueda decir yo estuve allí, y que no se ceñirá al equipo masculino, también al femenino”. El torneo de torneos abre la cuestión deportiva más espinosa de la era dorada del baloncesto español. El muro de Estados Unidos. Garbajosa hace memoria: “Los Juegos de Atenas fueron rarísimos. La final la jugaron Italia y Argentina y a los dos les ganamos fácil en la primera fase. Recuerdo que íbamos tan sobrados que ganamos el primer partido de la primera fase a Nueva Zelanda jugando a todo trapo… Y luego no pudimos con Estados Unidos. El de 2008 fue como la película de Match Point. Podía caer de cualquier lado… En 2012, a Navarro, que estuvo brillantísimo en la primera parte, le costó arrancar en la segunda…”. El almuerzo con la FEB acaba con la pregunta. ¿Se puede entonces con Estados Unidos? Y Garbajosa contesta: “¿Por qué no?” La España del cuento de hadas ha demostrado que se puede soñar con todo.