La leyenda del alero total
Rudy Fernández entra en el Hall of Fame como uno de los jugadores más importantes de la historia del baloncesto español.


Si se hace el quinteto perfecto de su historia, el baloncesto español tiene la suerte de que puede presumir de dura competencia. Pero también de que hay nombres (Pau Gasol, su hermano Marc, Juan Carlos Navarro…) con tanto peso que parecen opciones obvias. Eso pasa también con el puesto de alero, que pertenece a un Rudy Fernández (Palma de Mallorca, 1985) que acabó convirtiéndose en el tres ideal, de la estrella joven que deslumbró a golpe de highligths al líder veterano que supo gestionar su físico y convertirse en la definición de un competidor de primera categoría. Rudy entró con todos los honores en un Hall of Fame, el quinto, que, obviamente, tenía sitio reservado para él desde su creación. “El cinco un número que me ha seguido durante toda mi vida, desde que vi a mi padre jugar por primera vez en esos campos de Mallorca. Sabía que ese número era para mí, luego mi hermana me lo copió. Hoy tengo que hablar también del orgullo de tener a una de mis referentes no sólo como deportista sino en lo personal. Quiero hablarle a mi hermana. Marta, gracias por lo que has hecho por mí. Creo que todo lo que he podido conseguir lo hemos conseguido juntos. Todo lo que he conseguido es gracias a ti, mamá, y a papá. Lo que he logrado, aparte de la suerte de haber coincidido con buenísimos jugadores, es la familia que he tenido. A mi padre yo le decía ‘quiero llamarme Jordi Villacampa’, y él insistía en que me llamara Rodolfo Fernández. Desde el primer momento apostó por mí”, dijo en la gala un Rudy feliz, cómodo y junto a su hermana Marta, presentadora del acto. Contengan la respiración: ganó 29 títulos de clubes, 26 de ellos (incluidas tres Euroligas) con un Real Madrid del que es leyenda, como en una Selección en la que, en categoría masculina, nadie ha apilado más partidos (266) y solo Pau Gasol iguala sus once medallas. También es el único en el baloncesto masculino, a nivel mundial, con seis Juegos Olímpicos disputados (de 2004 a 2024). En ellos sumó tres medallas, dos platas y un bronce que lucen junto a dos oros mundiales y cuatro continentales.
De su deslumbrante despliegue físico de joven, el del Rudy del Joventut y el que participó en un concurso de mates de la NBA, a la inteligencia y los intangibles con los que se convirtió en el pegamento del Madrid de Laso y la Selección española, un puente que enlazó los maravillosos años de los Júnior de Oro con los todavía excepcionales tiempos del Mundial 2019 y el Eurobasket 2022. “Han sido dos décadas increíbles, nunca me lo habría podido imaginar. En 2019 fue el momento más duro de gestionar a nivel personal. Me ayudaron mucho a tomar la decisión más difícil que he tomado: no estar con mi padre cuando le detectaron la enfermedad, y estar con la Selección porque sabía que eso era lo que le iba a ser feliz. Todo esto es lo que me ha hecho ser el jugador que he sido”.
La gala de Lleida puso a Rudy Fernández, era cuestión de tiempo, en el sitio que merece; en el escalón de los más grandes de la historia del baloncesto español. Una historia de amor por el juego en la que superó unos terribles problemas de espalda que hicieron que, después de varias operaciones, los expertos pronosticaran una carrera mucho más corta de lo que acabó siendo. También en eso, Rudy fue único.
Noticias relacionadas
¡Tus opiniones importan!
Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.






Rellene su nombre y apellidos para comentar