La España B ya es la España A

Puede decirse que, además del excelente trabajo de formación en sus equipos, Joventut y Valencia respectivamente, Joel Parra y Jaime Pradilla son hijos de las Ventanas, ese controvertido ‘experimento’ que la FIBA puso en marcha con partidos de clasificación para Eurobasket y Mundial. Para muchos, un sinsentido por su coincidencia con los partidos de Euroliga, que impiden ver a las estrellas con sus equipos nacionales. Para otros, la mejor manera de ir formando jugadores en selecciones absolutas para que, llegados los torneos internacionales, ya sepan qué significa jugar partidos con la camiseta que representa el país y no les “tiemblen las piernas” como suele explicar el presidente de la FEB, Jorge Garbajosa.

Además de los posmilenials, hasta cinco miembros de esta Selección en el Eurobasket, Jaime Fernández, Alberto Díaz, Xabi López-Arostegui, Sebas Saiz y Darío Brizuela se han formado en ese ‘invento’ de la FIBA. De ellos, sólo uno de ellos, Arostegui, había estado en una gran competición internacional, los Juegos de Tokio, y con un papel testimonial (acudió por el veto de los Wolves a Juancho), muy alejado del rol principal que tiene en esta Selección.

La FEB fue la primera en entender la importancia que iban a tener esas famosas Ventanas. Había que atenderlas como merecían, porque eran la llave de acceso a grandes campeonatos. Y había que darle una utilidad. Qué mejor oportunidad para que los jugadores sumasen internacionalidades y experiencia en las fases de clasificación. De ahí, aquella primera concentración en 2017 en Benahavís de lo que se vino a llamar Selección B. Porque, paralelamente, la Selección de los éxitos, con los Gasol al mando, se iba a reunir en Madrid para preparar el Eurobasket en Cluj y Estambul. Aquella España B, término que no gustó en el entorno de aquel grupo y que pronto pasó a ser conocida como Selección de las Ventanas, es ya la España A.

Rumbo a Berlín, donde espera a Lituania, Jorge Garbajosa, presidente de la FEB, explica para AS que aquella primera concentración de 2017 formaba parte de un calendario trazado. “Los planes son flexibles porque, con el tiempo, y por circunstancias que no puedes controlar como estados de forma o lesiones, tienes que estar ágil. Pero sí, había un plan de un grupo de jugadores que se concentró en 2017, una mezcla de expertos y más jóvenes que han ido dando los pasos. Se ha acelerado más el proceso por la lesión de seis o siete jugadores. Y hay jugadores que no sólo han estado, sino que han tenido que asumir un rol en un campeonato así. Y su dedicación está permitiendo que no se note que están debutando”, explica. “Además, para un jugador, vivir esta experiencia y ese carrusel de emociones curte. Y jugar finales apretados que tienen tanta trascendencia a nivel nacional como el de Turquía es muy importante. Esto no es la consecuencia de nada, es un paso más con el que pretendemos que España siga siendo un referente en el baloncesto de todo el mundo”.