Brussino sentencia al correoso Spartak

El Dreamland Gran Canaria acaba de ofrecer un partido ciclotímico. Si tenía el duelo sentenciado en apenas 25 minutos, a ratos también en el primer tiempo, tuvo que esperarse al arreón final comandado por Albicy y Brussino. Antes, balones a un Tobey que lo enchufaba todo. Los de siempre al rescate de su equipo.

Los de Lakovic parecían tenerlo todo bajo control cuando, de pronto, se vieron 56-54 para tener que remangarse otra vez. Sin embargo, despertaron a tiempo de la siesta cuando el sueño tornaba a pesadilla para poder alicatar así su cuarta victoria del curso europeo en otros tantos partidos. Un equipo, el insular, que llega nuevo a una competición en la que aspirar a estar, y salir además salir sonriente, hasta el último día. De momento, imposible pedirle más: además de permanecer invicto ya está clasificado para la siguiente fase.

Ni un respiro le dio el Granca al Spartak en la primera parte. Y eso que la formación balcánica lo daba todo al alba del partido cuando Nikolic enchufó desde la periferia para el 2-5. Sin embargo, Tobey estaba atento a la jugada. Resulta que el gigante norteamericano, con esa mecánica de tiro tan especial que tiene, soltó tres latigazos desde más allá del 6,75 casi del tirón, más una bandeja, para cascarse 11 puntos prácticamente consecutivos y meter en vereda a los suyos: 15-12.

Los de Lakovic, a lomos de Tobey, comenzaron a avasallar a un impotente Spartak. Sendos triples de Brussino y Pelos disparaban a los suyos en el marcador, 25-16, poquito antes de que dos tiros libres del interior francés le dieran al Granca el primer +10 del duelo, 28-18, cuando el primer cuarto agonizaba.

Dos canastas de Angola como las anteriores de Pelos, las del escolta colombiano al alba del seguido parcial, estiraron aún más la diferencia del escuadrón local, que empezaba a sentir el picorcito propio de quien puede reventar el partido mucho antes de que este encare su recta final. Babic cantó bingo para de pronto acercar a los suyos, 39-33, que aprovechaban un inexplicable conato de relajación insular con el que acercar posturas. Lakovic paró el partido a tiempo, permitiendo así al Gran Canaria enfilar los vestuarios, una vez consumida la primera parte, con una diferencia más que respetable: 42-33.

Y de pronto, cuando mejor lo tenía, el Gran Canaria permitió al Spartak meterse en el duelo con todas las de la ley. Con Tobey percutiendo y Labeyrie rematando la faena, los de amarillo comandaban plácidamente el partido con aquel elocuente 52-39. Ocurrió que la hueste local, convencidoa de que el duelo estaba ganado, se echó una siesta que a punto estuvo de hacerse demasiado larga. Cuando despertó, el Spartak ya estaba ahí, a su ladito, agazapado para dar el bocado final. Si Medarevic apretó el marcador, 54-49, un triple de Cerovina con el último cuarto ya en juego dejó la diferencia en apenas una canasta: 56-54.

Sin embargo, acaso fundido por el titánico esfuerzo que supone levantar un partido que poco antes estaba perdido, no fue a más el combinado visitante. Desde ahí hasta que se acabó lo que se daba, de 21-8 fue el parcial a favor de un Gran Canaria que espabiló más tarde de lo que le hubiera gustado. Así, con la siempre eficiente dirección de Albicy y un par de triples de Brussino (4/7, partidazo el suyo: 22+5+5), los locales se hicieron con una victoria que en la primera parte fue por decreto y en la segunda, de esas de pico y pala.

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