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NBA | SUNS 116 - TIMBERWOLVES 107

Los Wolves son un desastre

Chris Paul y Cameron Johnson lideran la victoria de los Suns ante unos Wolves perdidos y que no convencen a nadie por juego, resultados o sensaciones.

Chris Paul y Cameron Johnson lideran la victoria de los Suns ante unos Wolves perdidos y que no convencen a nadie por juego, resultados o sensaciones.
Barry GossageGetty

Era difícil pensar que una asociación entre Rudy Gobert y Karl Anthony-Towns fuera a dar resultados positivos. Y, de momento, así está siendo. Los Timberwolves no dan con la tecla y así lo demuestra su récord (4-4), su juego y sus sensaciones. Van novenos en la Conferencia Oeste con equipos justo detrás que, teóricamente, van a ir en ascenso (Mavs, Clippers y Warriors). Y no terminan de encontrar un estilo sólido y firme que de seguridad, especialmente en el lado defensivo, donde han perdido a gente objetivamente importante (Jarred Vanderbilt y Patrick Beverley a la cabeza) para dar cabida un Gobert que protege la zona, pero se pierde en un sistema que permite muchas penetraciones y demasiados triples liberados. Los Wolves naufragan también en ataque, donde no hay sitio para Gobert (tan solo un tiro de campo intentado en la derrota contra los Suns) y donde, además, Towns se queda sin tanto sitio para la zona e intenta demasiados triples (más de 6 por partido con menos del 35% de acierto). En definitiva, problemas. Muchos problemas.

La derrota ante los Suns entra dentro de la lógica. El equipo de Arizona ha vuelto a meter la directa en regular season, pero la baja de DeAndre Ayton tampoco la han podido aprovechar unos Wolves que, con Bisack Biyombo en la zona, tampoco han podido dar balones a Gobert ni aprovechar su teórica superioridad inferior. En ataque, el pívot francés parece que lo único que hace es estorbar y la selección en el lanzamiento es muy pobre. Al ritmo de Chris Paul (15 puntos para llegar a los 21.000 en su carrera, 8 rebotes, 12 asistencias y 3 robos), los Suns fueron abriendo hueco en el marcador y gestionaron la ventaja con la que entraron al último cuarto (83-74), consiguieron frenar las acometidas del rival (que se puso 87-85 a menos de 9 minutos) para controlar ante su público un resultado que acabó siendo favorable y que cerraron sin demasiados problemas (116-107 al final).

El gran jugador del partido, Chris Paul aparte, fue Cameron Johnson: 29 puntos para él, con 10 de 17 en tiros de campo y 7 de 11 en triples. Biyombo ayudó en defensa en su titularidad (la segunda consecutiva de la temporada, coincidente con la ausencia de Ayton) y consiguió 8 puntos, 4 rebotes y 4 tapones. Devin Booker tuvo una actuación discreta (18+7+5, pero 6 de 18 en tiros), Mikal Bridges consiguió 19 tantos (7 de 10 en tiros) y Cameron Payne y Landry Shamet aportaron 8 puntos por cabeza. Orden, buena actitud y esa estructura sólida típica que el equipo de Monty Williams ha demostrado en la fase regular en las dos últimas temporadas, pero que de momento no han conseguido trasladas a los playoffs, ocasión en la que naufragaron en las Finales de 2021 y, de forma más dolorosa a pesar de quedarse mucho más lejos del anillo, hace unos meses ante los Mavericks (4-3 en semifinales del Oeste con una paliza recibida en Phoenix en el game 7).

Y en los Wolves, muy poca cosa. Towns tuvo buena hoja estadística (24 puntos con 9 de 18 en tiros, 10 rebotes y 7 asistencias), Edrawds se fue a otros 24 (con 5 de 10 en triples) Naz Redi fue un buen revulsivo desde el banquillo (13, con 5 de 6 en tiros) y Jaylen Nowell, con 10, fue el últimos jugador visitante que llegó a los dobles dígitos en anotación. Gobert se fue 7 puntos (todos desde la personal), 9 rebotes y 3 asistencias. Pero un -14 con él en pista y, otra vez, un solo lanzamiento intentado en todo el choque. Y eso que empezó el partido con un gran tapón ante Booker. Un inicio que ha constrastado con el resto de su actuación y una temporada en la que los Wolves ya han sufrido los abucheos de su propia afición y en la que Gobert está en más de 14 rebotes por partido (líder de la NBA)... pero en la que está siendo, en última instancia, el mismo jugador que ha sido siempre. Uno con el que no se puede (así ha sido hasta ahora) ganar el anillo. Y ojo, que el problema de los Wolves no es él, es mucho más grande e incluye a Towns, su relación con Edwards, Russell y la defensa. Pero es muy difícil pensar que su asociación con otro hombre alto en la zona fuera a funcionar. Y, claro, no está funcionando. Que nadie se haya el sorprendido, por favor.