Los Tyson golpean al Galatasaray
El Unicaja remonta un choque, que llegó a ir perdiendo por 13 puntos, gracias a un gran cuarto final con parcial de 31-19. Dos triples seguidos de Tyson Carter y Tyson Pérez dictaron sentencia. Gran partido de Melvin Ejim.
Durante 37 minutos, que se dice rápido, el Galatasay fue por delante en el marcador excepto en tres ocasiones en que hubo empate. Fue el momento en que un 2+1 de Kravish daba la primera ventaja al Unicaja. A partir de ahí, guerra de nervios y tras fallar Cummings, el mejor jugador de los turcos uno de sus dos tiros libres y con el marcador 90-90, Tyson Pérez y Tyson Carter colaron dos triples seguidos. Entre medias un gran rebote del dominicano que fue clave.
Fue un Unicaja de dos caras. La mala duró tres cuartos. De repente se transformó gracias a la pegada de los dos Tyson y a un Melvin Ejim colosal con triples salvadores y un rebote ofensivo para evitar problemas. El Unicaja recobra el liderato de este Grupo J de la Basketball Champions League (BCL) y supera al Galatasatay en el basquet-average.
RESUMEN
91-Galatasatay (27, 27,18 y 19): Young (12), Wallace (6), Palmer (16), Cummings (22), Ángel Delgado (4)- quinteto inicial – Blumbergs (8), Geyik (3), Ebuka Izundu (8) y Tuncer (12).
Árbitros: Wojciech Liszka (Polonia), Gatis Salin (Letonia) y Péter Praksch (Hungría).
Incidencias: Martín Carpena. 9.026 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en señal de duelo por el fallecimiento de Matilde Nieto, madre de Antonio Jesús López Nieto, presidente del Unicaja.
Otro mal comienzo
Lo de empezar mal se está convirtiendo en un fastidioso hábito desde que el Unicaja ganó la Copa del Rey. Cuatro partido a rebufo. Contra Manresa y Granada los verdimorados fueron por detrás en tres de los cuatro periodos. Y la semana pasada en Estambul, tres parciales perdidos y uno empatado. En esta ocasión ante el Galatasaray el Unicaja firmó uno de los peores tiempos desde que Ibon Navarro es entrenador. Defensa blanda, inferioridad en el rebote, pérdidas y errores impropios, dos inoportunas antideportivas de Djedovic y Osetkowski y mal juego por doquier.
Apenas transcurridos cinco minutos se empezaba a ver que, en esta ocasión, tocaría sufrir. El marcador marcaba un inusual 7-19. Por momentos, el Unicaja parece que se recompone y un triple de Ejim pone el 30-30 (min. 13). Pero los fallos groseros se suceden y del 41-41 del minuto 16 se pasa al 45-54 que diera la primera mitad. Un parcial de 4-13 con Cummings ‘on fire’, 15 puntos y un dato demoledor que reflejaba lo que estaba siendo el Unicaja: David Kravish, ejemplo de eficacia y regularidad, -19 de valoración. En la segunda mitad se enmendó y acabó con 13 puntos y seis de valoración.
De la goma al éxtasis
La segunda mitad arranca con un 0-4 de salida que pone el +13 para los turcos (45-58). El Carpena se calienta por una técnica señalada a Ibon Navarro., Los malagueños ponen más nervio que frescura de ideas. Yankuba Sima compensa los problemas con los rebotes y los tiros de dos y el entrenador del Galatasaray pide tiempo muerto porque los locales se acercan (56-61 min. 24). Tyson Pérez (que ha elegido jugar con la República Dominicana) también hace crecer el trabajo defensivo.
Pero cada vez que el Unicaja rema, hace la goma. Con 59-61 falla un ataque para ponerse por delante y con 59-63 falla nada menos que cuatro ataques. No había manera. Un triplazo de Blumberg, sobre la bocina, cierra el tercer cuarto con 66-72.
En el acto final el Unicaja estaba obligado a compensar su falta de inspiración con épica y el apoyo de la grada. De nuevo Perry se echaba el equipo a sus espaldas haciendo la guerra por su cuenta dando cal y arena. En plena vorágine guadianesca Ejim sostenía con un par de triples las esperanzas cajistas (75-79 min. 35). A los 36 el Unicaja logra empatar a 82, pero la alegría dura apenas dos segundos porque Palmer anota un 2+1. Al menos Osetkowski responde con otros tres. A renglón seguido el Unicaja se pone delante por primera vez en todo el partido. Le ha costado nada menos que 37 minutos (88-87). Desde entonces los malagueños se desmelenaron en tanto que los turcos, fundidos no pudieron dar más de sí. Hasta en sus noches menos lúcidas el Unicaja siempre aparece.
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