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ACB | MADRID 82 - BARCELONA 93

Las claves de la derrota del Madrid: cansancio, la vieja guardia...

Esta vez no hubo milagro. Ni la vieja guardia del Real Madrid ni las maravillas en los finales de partido aparecieron. Tampoco lo hizo Musa. El cansancio, diferencial.

Esta vez no hubo milagro. Ni la vieja guardia del Real Madrid ni las maravillas en los finales de partido aparecieron. Tampoco lo hizo Musa. El cansancio, diferencial.
Esta vez no hubo milagro. Ni la vieja guardia del Real Madrid ni las maravillas en los finales de partido aparecieron. Tampoco lo hizo Musa. El cansancio, diferencial.Juanjo MartínEFE
Liga Endesa

El Real Madrid se quedó corto. Esta vez no hubo milagros ni apariciones increíbles que inclinaran la balanza a su favor. Han sido tres partidos igualados, pero tres derrotas. Y el Barça se ha proclamado campeón de la Liga Endesa 2022-23 tras barrer al eterno rival, sumando así su 20ª competición doméstica. Se llevan el único título de la temporada después de que el Unicaja conquistara la Copa del Rey y el Madrid se hiciera con la Supercopa de España y la histórica Euroliga. Todo fraguado por un Nikola Mirotic que ha sido el protagonista constante de los suyos en su ya confirmada despedida. Se irá a un nuevo equipo y los azulgranas iniciarán un nuevo proyecto, continuista, que sí contará, salvo sorpresa, con el mantenimiento de Sarunas Jasikevicius en el banquillo.

Son muchas las claves que han propiciado la derrota del Real Madrid. Esta vez no aparecieron los Sergios ni Rudy. No hubo canastas milagrosas. El nivel de Dzanan Musa fue cuestionable. Y no hubo manera de frenar a Mirotic o a Jan Vesely. Tampoco a la coralidad del Barça, que sí pudo hacer gala de su increíble plantilla para tener multitud de opciones. La defensa del Madrid ha sido pobre (todos los resultados se han ido a muchos puntos). Jasikevicius le ganó la partida a Chus Mateo. Y, ante todo, hubo un factor diferencial: el cansancio de los blancos, a los que se les ha hecho larga la temporada y han llegado sin gasolina al final.

A continuación, pasamos a relatar las claves de la derrota del Real Madrid:

  • Sin noticias de Musa: la aportación de Dzanan Musa ha brillado por su ausencia en esta final. Apenas anotó 5 puntos en el primer partido, se quedó en 2 en el segundo y apenas llegó a 9 en el tercero. En la final de la Euroliga, eclipsado por los Sergios, tampoco cuajó un gran papel (6 tantos) y demuestra así que, a pesar de que su talento es innegable, todavía le falta algo de fritura para las grandes citas. Su facilidad para la anotación era necesaria para que el equipo no se apoyara tanto en los veteranos, pero se ha ahogado ante la defensa azulgrana y no ha estado a la altura de lo que se le pide para conquistar una Liga ACB.
  • Sin argumentos contra Mirotic: el hispano-montenegrino jugó sin nada que perder y con mucho que ganar... y se notó. Se soltó, fue el que ha sido durante la fase regular y destruyó a un Madrid que tuvo respuestas ante su buen hacer. Nikola, en la que es su despedida confirmada del Barça, se fue a 17,6 puntos, 6 rebotes y 23,3 de valoración de promedio en los tres duelos de la final. Sus 25 tantos, 5 rechaces y 3 asistencias en el segundo duelo quedan para la posteridad (con 31 de valoración). Y conquista, claro, el MVP, el segundo con un Barça al que dice adiós. Ahora, solo falta por ver qué le deparará el futuro.
  • La vieja guardia esta vez no apareció: Rudy, el Chacho y Llull se combinaron para 37 puntos en el primer duelo de la final... pero hasta ahí llegaron. Esta vez, no hubo milagro. Con 38, 37 y 35 años, no pueden ser los salvadores del Real Madrid siempre. La tendencia siempre fue a la baja: en el segundo partido llegaron a los 22 tantos, pero con 0 de Rudy y un tiro, el de Llull, que esta vez no entró para ganar el partido y fue la constatación de que la magia es finita. En el último, 11 tantos, otra vez sin ninguno de Rudy. El Chacho tuvo buenos momentos en la distribución, pero acabó con 1 de 5 en triples. Y a Llull se le acabó la gasolina. Los milagros a veces ocurren... y otras no.
  • Problemas en el triple: de más a menos. El 12 de 19 del primer partido fue extraordinario, pero dejó la preocupante situación de no poder ganar el partido con esos porcentajes. Al segundo se fueron a un nada malo 8 de 17, pero también se quedaron sin victoria. En el tercero, la situación explotó: tanto acierto era insostenible. El 5 de 21 confirmó que a los blancos no les daba para más y acabaron muriendo fieles a su estilo, pero anotando menos que en los dos encuentros anteriores y lanzando más. De nuevo, intentar lo mismo no siempre resulta. Y así fue esta vez, ya que Chus Mateo no encontró soluciones más que forzar la máquina hasta que se rompiera. Jasikevicius, con más opciones, le ganó la partida.
  • Vesely, la coralidad del Barça y la defensa del Madrid: Jan Vesely hizo bueno su fichaje y fue el segundo mejor jugador del Baça tras Mirotic. Buena defensa y 10, 18 y 19 puntos en cada uno de los tres partidos, en los que martilleó (esta vez sí) a su rival con ese tiro infalible que tiene desde la media distancia (los 4-5 metros), que lo convierten en una amenaza constante. Esto se une a la coralidad azulgrana, que tuvo a 7, 5 y 5 jugadores con dobles dígitos en anotación en cada uno de los tres partidos y ha repartido 62 asistencias totales por las 45 del Madrid. La defensa de los blancos, también inoperante: 97, 86 y 93 puntos recibidos. El Barça, por cierto, sigue sin perder tres partidos seguidos en la ACB en los últimos siete años. Fue contra el Real Madrid. Y el 2-0 sigue sin ser remontado. Son datos.
  • El cansancio, evidente: si hay una causa que emerge por encima del resto en la derrota del Madrid es el desgaste acumulado. Y no es una justificación, sino un hecho: se han ido a 88 partidos disputados esta temporada, su récord absoluto... de 93 posibles. Empezaron el 24 de septiembre en las semifinales de la Supercopa, en la que ganaron al Real Betis. Desde entonces, no se ha parado: 34 encuentros de Liga regular de ACB, 34 de la fase regular de la Euroliga y el playoff de cada competición, que en la continental no tuvo descansos, con 5 de 5 posibles ante el Partizán y los dos de la Final Four. Sólo se han quedado sin jugar la final de Copa, un tercer duelo con el Gran Canaria en cuartos de la Liga Endesa y un quinto ante el Joventut. A esto se le suma las celebraciones protocolarias tras la conquista de la Euroliga, los entrenamientos y los viajes. El Barça sólo ha disputado tres menos (85), pero al Madrid le ha perjudicado más un final de temporada en el que han tenido que tirar de una rotación más corta por culpa de las lesiones cuándo más volumen de encuentros había. Ahí han estado Vincent Porier... y Gabriel Deck. El emparejamiento natural de Mirotic. Cosas que, al final, no se pueden controlar.