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Sergio Llull, capitán del Real Madrid, corta la red del Zalgirio Arena tras conquistar la Undécima.
Sergio Llull, capitán del Real Madrid, corta la red del Zalgirio Arena tras conquistar la Undécima.Enric FontcubertaEFE

EUROLIGA | OLYMPIACOS 78 - MADRID 79

La Final Four de los Sergios

El Chacho completa una recta final de la Euroliga colosal, mientras que el menorquín anotó la victoria para lograr la Undécima.

Hace 24 días el Madrid estaba muerto. Su eliminatoria de cuartos estaba 0-2 en contra ante un Partizán que daba muestras de una superioridad aplastante. Pero tras ese tropezón que parecía definitivo, los blancos se levantaron con un protagonista por encima del resto: Sergio Rodríguez. El Chacho, que aterrizó de nuevo en la Casa Blanca este verano, no estaba teniendo su mejor temporada, con su desempeño defensivo como hándicap. Sin embargo, un mago siempre será un mago, y el base levantó lo que parecía imposible de levantar.

“La entrada del Chacho fue muy importante porque empezó a gritar como un veterano de verdad, hay que escuchar más a gente así, por su voz, su experiencia. Primero me levantó a mí y luego a todo el equipo. Exactamente me dijo que si agachaba la cabeza, me la iba a levantar; nos ha levantado a todos”, aseguró Mario Hezonja, alero blanco, tras el triunfo del Real en el tercer partido en el Stark Arena.

El encuentro que marcó el camino hacia la Undécima, una camino que asfaltó el canario con lecciones de alto baloncesto. Sin nada en especial. Tiró de clásicos. Fue a los básico. A lo simple, con el pick and roll central con Tavares como medio de aterrorizar a la defensa rival. Y no falló. Ni ese día ni en los cuatro siguientes duelos porque si tapabas la conexión con el africano, el base te la liaba en la penetración, en el lanzamiento a media distancia e, incluso, con algún triple que se sacaba de la manga como el último frente al Olympiacos.

El resultado, cinco victorias a la carrera con destina el trofeo continental. Cuando el Chacho saca la muleta y torea...”, alababa Chus Mateo, entrenador madridista, a un jugador que anotó el triple que abrió la puerta a la gloria a 48 segundos del final y que cerró la final con 15 puntos y 23 de valoración, la máxima del Madrid. Las 9 asistencias que añadió le sitúan como máximo pasador en la historia de la Final Four con 70, por delante de Llull (66) y de Sloukas (54). En los cinco enfrentamientos desde el tercero con el Partizán hasta la final contra la armada roja, Rodríguez ha promediado 11,5 tantos y 6,2 asistencias para 15,6 de valoración.

El Increíble Llull

Han sido dos semanas increíbles”, decía el Chacho nada más acabar un duelo que decidió, quién sino, el otro Sergio, El Increíble Llull, que en una de esas jugadas en las que nadie quiere el balón. Él sí. Siempre es un sí. Tomó la determinación: en la última posesión, con solo 12 segundos para cerrar la final, el balear cogió la pelota y una lanzamiento al cielo, cayéndose y por encima de las 218 centímetros del gigante Fall, anotó la canasta que vale recuperar la grandeza en Europa.

“Cuando el entrenador ha pintado la jugada para mí, en el tiempo muerto básicamente, me ha obligado él, pero bueno, por suerte ha ido bien. La jugada era esa, yo tenía que decidir luego y ha entrado ese tiro y hemos podido ganar así que muy contentos”, comentó Llull de la jugada. “No hay otro que meta esas canastas, si él podía coger ese balón, era suyo; todos los compañeros también se lo hubieran dado”, dijo Chus Mateo sobre el balear, que ya tiene tres cetros continentales. Y que es el máximo anotador de siempre en la Final Four: suma 198. La grandeza de los Sergios. La grandeza del Madrid.