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Nauseda: “Ya hay suficiente división en Europa, no contagiemos al baloncesto con este virus”

El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, hace “un llamamiento a la NBA para que invierta en la Euroliga”, en su interés de aterrizar en Europa.

Jugadores del Zalgiris Kaunas saludando a su afición.
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Fernando Faucha
Nacido en Madrid en 1987. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Entró en AS en 2010 en la sección de fútbol. En 2014 pasó a formar parte de AStv, en donde ejerció como redactor y montador. Ya en 2018 recaló en su actual ubicación, la sección de baloncesto, donde escribe de ACB, Euroliga, NBA, Selección española...
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El presidente de la República de Lituania, Gitanas Nausèda, ha sido el primer político jefe de estado de un país de la Unión Europea en pronunciarse oficialmente sobre el futuro del baloncesto en el continente y la posible llegada de la NBA con una nueva competición bajo el brazo. Esa competición podría intentar reemplazar a la Euroliga si ambas instituciones no llegan a un acuerdo para ir de la mano. En un primer momento, eso sí, supondría que dos ligas del máximo nivel compartieran el mismo escenario. Una rivalidad de la que saldría perdiendo, casi con total seguridad, el propio baloncesto europeo.

Por ahí van lo tiros en la declaración institucional de Nausèda, que pide a todas las instituciones implicadas en el proceso (NBA, Euroliga y FIBA) que lleguen a un acuerdo en tiempo “de división” en el continente. También habrá influido el hecho de que en las declaraciones que han ido haciendo distintos representantes de la NBA en los últimos meses sobre los posible equipos y países incluidos en su lista para arrancar la NBA Europa no esté el Zalgiris Kaunas, santo y seña del basket lituano e integrante y socio de la Euroliga.

A continuación, la declaración completa del presidente de Lituania: “Los tiempos en que se podía dormir tranquilo y seguro quedaron atrás. Hoy, los desafíos geopolíticos traen consigo nuevos riesgos a diario, y las instituciones estatales trabajan intensamente para afrontarlos. No dejemos de lado esos momentos de emoción positiva que cada uno de nosotros extrae de diferentes fuentes.

Este año, me ha conmovido profundamente el deseo de victoria de los jugadores del Zalgiris Kaunas. Hay altibajos, pero una sensación de déjà vu persiste. ¿Dónde he visto antes esos ojos brillantes de los jugadores del Zalgiris? ¿Quizás en 1999? ¡Les deseo al equipo del Zalgiris otra noche llena de emoción y orgullo en su lucha de esta noche!

Me gustaría que los jugadores del Zalgiris Kaunas afrontaran sus partidos pensando únicamente en el baloncesto y anhelando la victoria. Lamentablemente, cada vez oigo más hablar de una posible división emergente entre los clubes de baloncesto europeos, a medida que la NBA se expande por Europa.

Lituania apoya la idea de que las dos comunidades de baloncesto transatlánticas cooperen por el bien común. Lo peor que podría ocurrirle al baloncesto europeo y lituano sería la fragmentación del mercado europeo, cuando los intereses comerciales se imponen sobre los valores. Al fin y al cabo, el baloncesto forma parte de la identidad de Lituania, una tradición transmitida de generación en generación, un pilar de nuestra diplomacia deportiva. La Euroliga encarna una dimensión social: une a clubes de países grandes y pequeños, pero con una enorme identidad baloncestística, como Lituania.

No podemos permitir que el baloncesto en Europa se convierta en fuente de división. Insto a todas las organizaciones de baloncesto a ambos lados del Atlántico a cooperar en lugar de competir, a reconocer y valorar las profundas tradiciones del baloncesto europeo y a recordar que los valores deben primar sobre los intereses comerciales.

La división supone un retroceso. Y ya hay suficiente división en Europa; no contagiemos también al baloncesto con este virus. La Euroliga y la FIBA ​​ya han resuelto sus dolorosas disputas del pasado, y en lugar de reabrir viejas heridas, hago un llamamiento a la NBA para que invierta en la Euroliga. Una cooperación productiva —no una competencia— entre la Euroliga, la FIBA ​​y la NBA conduciría al progreso y la unidad del baloncesto europeo".

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