EUROLIGA | MÓNACO 91 - BARCELONA 71
Willy, el más señalado en Mónaco
El pívot solo juega siete minutos en la debacle en Mónaco de un Barça cada vez más presionado y que recibe el próximo miércoles al Real Madrid en el Palau.
Las aguas bajan cada vez más revueltas en el Barcelona. Llegaba semana de dos salidas muy exigentes para cerrar 2023… y no fue nada bien. El mismo resultado (91-71) en Málaga y Mónaco, superado por completo en cuanto a sensaciones y sin opciones de victoria, en ambos casos, mucho antes del final del partido. Un desastre competitivo que remarca lo que parece ya un hecho claro: tras unas primeras semanas de competición prometedoras, el Barça está bajando su rendimiento a un ritmo peligroso. De pronto, el cambio del verano se cierne de verdad sobre un equipo con un entrenador novato, Roger Grimau, y una plantilla pensada para rebajar el presupuesto y en la que no están los que eran referentes en otras temporadas (a la cabeza, Niko Mirotic).
El Barça ha perdido siete de sus últimos diez partidos. En Euroliga tiene un balance todavía sólido (11-6) pero ha perdido cuatro de sus últimos seis duelos después de un gran arranque. En Liga Endesa, son cuatro derrotas de siete y un pobre 10-6 que le hace estar más cerca del décimo que de un Unicaja (ni hablemos del Real Madrid) que es segundo y que lo zarandeó el miércoles en el Carpena. Lo próximo es uno de esos partidos de máxima oportunidad… y máximo riesgo: llega el Real Madrid al Palau (miércoles, 21:00) en partido de Euroliga. Una victoria calmaría los ánimos, pero una derrota (no digamos una dolorosa) contra un rival ahora mismo muy por encima y que ya ha derrotado a los azulgrana en tres competiciones (Supercopa, Euroliga, Liga) podría desatar definitivamente la tormenta, con Grimau señalado por la falta de competitividad del equipo en demasiados partidos de las últimas semanas. De momento no hay ultimátum, pero sí dudas cada vez más notorias.
Entre los más señalados al margen del entrenador está, sobre todo en los últimos partidos, Willy Hernangómez. Cuando el pívot decidió dar por cerrada su etapa en la NBA y el Real Madrid no mostró interés en contar con él, el Barça vio una oportunidad de hacer un fichaje estratégico e hizo una fuerte apuesta económica para tener un nuevo referente tras la marcha (muy fea en las formas) de Nikola Mirotic. Pero, por ahora, Willy ha decepcionado. Ha tenido más partidos discretos o regulares que muy buenos, y aporta pero en ningún caso en nivel de estrella. Además, Grimau pareció mandar un mensaje al madrileño en Mónaco, donde solo jugó siete minutos. Sobre todo en Euroliga, ha sido habitual verlo sentado en el banquillo en tramos decisivos y últimos cuartos de partidos importantes. Sus lagunas en defensa y la buena temporada de otro pívot puro, Jan Vesely, han normalizado lo que debería ser excepcional.
Willy juega en Europa (17 partidos ya) solo 15:56 de media, muy poco. Promedia 10,9 puntos, 4,7 rebotes y 12 de valoración. No una miseria, pero desde luego no al nivel que se esperaba, y más si se suma su poca incidencia en defensa. Desde que brilló contra el Fenerbahçe en uno de los mejores partidos del Barça en estas difíciles últimas semanas (21 puntos y 9 rebotes en casi 21 minutos), sus minutos en cuatro partidos de Euroliga se han quedados siempre por debajo de 15, con esos drásticos siete en Mónaco. Solo en uno de esos partidos ha alcanzado diez puntos y 10 de valoración.
En la ACB, Willy promedia casi 19 minutos, también menos de medio partido. Y 12,8 puntos, 6,3 rebotes y 15,8 de valoración. Otra vez, números correctos pero discretos, pobres si se suman las sensaciones de muchos partidos y el bajo rendimiento colectivo que ya es alarmante de un Barça en el que él estaba llamado a ser el gran referente de una nueva etapa que, ahora mismo, zozobra.
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