¿Por qué la Final Four de la Euroliga no se jugará en Europa? Los motivos de su traslado a Abu Dabi
Abu Dabi será la sede de la Final Four. Este lugar, fuera del continente europeo, supondrá una localización especial pero también esperada.

La Euroliga ha trasladado sus fuerzas fuera del continente para la fase final de su temporada. Este 2025 la Final Four, ese espectáculo en el que cuatro equipos batallan por el cetro de campeón en un par de semifinales el viernes y la consiguiente final del domingo, viaja a Abu Dabi, un destino exótico en el que merece la pena reparar. EuroLeague Basketball ha apostado por este lugar, al que se podrá acceder con garantías en la semana más importante del baloncesto europeo durante el año, en el marco de una alianza que espera poder prolongarse alguna temporada más. No sería extraño que viéramos una o dos ediciones adicionales de la Final Four en el Etihad Arena, el pabellón en el que se va a acoger al baloncesto entre el 23 y el 25 de mayo, si la experiencia resulta placentera.
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Abu Dabi va a tomar el relevo de Berlín, la capital en la que se disputó la pasada campaña. Repite el Panathinaikos, el equipo que se alzó con el título, y dos de los contendientes, los griegos del Olympiacos y los turcos del Fenerbahçe. El único club que cambia es el Mónaco, que reemplaza a un Real Madrid que esta vez se quedó en cuartos de final.
¿Pero por qué en Abu Dabi y no en terreno europeo? En la Euroliga moderna, desde la 2000/01, sólo hay un precedente y es entendible. En 2004 esta fase de resolución se mandó a Tel Aviv, a La Mano de Elías, por lo bien posicionado que se encontraba el Maccabi, equipo hegemónico de Israel que a día de hoy se mantiene en la competición (y en aquella triunfó ganando a la Fortitudo de Bolonia). En esta ocasión la conexión no es tan fluida ni mucho menos tan orgánica en lo que respecta al deporte, han intervenido otras materias.
Emiratos Árabes es uno de los países de Oriente que pretenden apostar por el deporte para dar a conocer sus bondades al resto del mundo. Así ha ocurrido con otros de su alrededor como Catar, Baréin y el gigantesco Arabia Saudí. Inversiones majestuosas en fútbol, carreras de coches y motos, balonmano; ahora le ha tocado el turno al del balón naranja.
Se ha estado buscando una ruta para sacar provecho al dinero árabe desde organizaciones como la Euroliga. Es considerada una relación en la que las dos partes tienen algo que ganar. Para ello se llevaron a cabo unas negociaciones durante los dos últimos años en las que se trató de introducir a los Emiratos en este circuito europeo. Precisamente esto ha ido de la mano de la renovación del acuerdo comercial con IMG, la empresa que gestiona el torneo a nivel de marketing, hasta 2036, y de la ampliación de licencias para los clubes ahora que amenaza el gigante de la NBA. Desde EuroLeague Basketball se actuó con rapidez para impregnar la competición con tintes árabes en dos vías: la primera es ésta, la de otorgarle el premio de ser host de la Final Four a una ciudad y un país con escasa vinculación con el baloncesto; pero es en eso en lo que también se quiere trabajar por otro lado, de ahí que se haya acuñado un equipo en Dubái, otro de los emiratos de este país, con alta presencia balcánica en su creación, con el que se representará -en un futuro- a los árabes de manera local dentro del ecosistema europeo. Así se podrá justificar mejor el desembarco.
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