EUROLIGA | BARCELONA 80 - PANATHINAIKOS 72
Juancho necesita hallar su sitio
El español Juancho Hernangómez, jugador del Panathinaikos, no ha comenzado la temporada con el acierto esperado. Y su técnico ya avisa.
El batallón que Dimitris Giannakopoulos ha reunido en su Panathinaikos -es el propietario del equipo de baloncesto- de cara a esta temporada 2023/24, a golpe de talonario, es de los que está maquinado para hacer todo el daño posible. Si no se vuelve en contra, claro, que allí es costumbre. El mandatario, que durante el verano se ha jactado incluso de que jugadores como Campazzo, Tavares o Willy Hernangómez le habían rechazado, ha puesto al mando a un turco muy turco (ídolo nacional por su trayectoria en varios banquillos del país, además de ser el actual seleccionador), Ergin Ataman, después del éxito de éste a los mandos del Efes; viene de ser campeón de la Euroliga en 2021 y 2022.
Fuera de lo que pudiera parecer a primera vista, como si de un equipo de fantasy se tratara, han empezado pronto los reproches y los volantazos. Con esos bueyes tengo que arar, piensa en voz alta un Ataman conocido en el continente por no callarse ni media.
La plantilla es de una calidad incuestionable. Al menos hombre por hombre. Lo que está por ver es si la planificación ha ido más allá de eso y no se basa sólo en piezas sueltas que cuestan mucho dinero. Al base Kostas Sloukas lo sacaron del eterno rival, Olympiacos, con una oferta de 10 millones de euros netos por 3 años. Se ha fichado a talentos queridos por toda Europa de la talla de Kyle Guy, Jerian Grant, Mathias Lessort u Olek Balcerowski. A ellos se unió un jugador directo de la NBA del que se esperaba un efecto diferencial: el alero español Juancho Hernangómez. Pero entre estos nombres ya hay muchas dudas.
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Después de observar en el banquillo la mala actuación de Juancho en el encuentro de este viernes frente al Barça en el Palau, un duelo importante para el jugador en lo emocional pues era la primera vez que se enfrentaba a su hermano Willy en la Euroliga, Ataman se despachó a gusto en la sala de prensa. Su PAO había caído 80-72 en la que es la cuarta derrota en seis partidos. El técnico se mostró crítico con algunos miembros de su plantilla: “Hemos tenido, como habéis visto, una actuación muy pobre en ataque de algunos jugadores. Incluso de uno al que conocéis muy bien”. Ante la prensa de Barcelona mandó ese mensaje. “Para mejorar el juego hay que mejorar las actuaciones personales. Espero que encontremos la manera de hacerlo posible, especialmente con jugadores que tienen mucho nombre pero de momento no me han demostrado ni el nivel ni la calidad que esperamos de ellos”, dijo también.
El camino del Panathinaikos
La campaña ya empezó torcida para los verdes. Eso de perder de paliza contra el archirrival en la Supercopa no se perdona. Sólo dos victorias, ante el Bayern de Laso en la segunda jornada y ante un Baskonia mermadísimo en el epílogo de Peñarroya al frente del banquillo, iluminan su balance en la Euroliga. Poco bagaje para ellos dado el empeño y el dinero que han puesto.
El PAO no gana la máxima competición europea desde 2011, sí, pero ahí encadenó tres de sus seis Copas de Europa en un lapso de sólo cuatro años. Los tiempos de Diamantidis, Fotsis, Jasikevicius, Batiste y demás son pasado.
La cuenta que ha pasado el club este verano ha intentado pagar todos los desencuentros de la última década, sobre todo los últimos años, en los que el Panathinaikos se ha visto envuelto en multitud de cambios de plantilla, juego poco atractivo, nula conexión con una afición que ha dejado de acudir al pabellón e incluso amagos con abandonar la competición.
El camino de Hernangómez
Juancho ha sufrido varias penalizaciones durante los últimos años. La última, el estar sin competir desde el mes de febrero al haber sido cortado ahí por los Raptors. Sólo se le recuperó para el Mundial con España, en el que la Selección no dio el do de pecho como lo hizo en otros torneos anteriores.
En sólo un año y medio había pasado por seis equipos de la NBA (jugó en cinco: Minnesota, Boston, Utah, Toronto y San Antonio). Desgaste monumental para un jugador que, por otra parte, aún es joven y le queda recorrido: tiene 28 años.
Juancho se ha aferrado a un rol en el que ha ido quedando reducido a cenizas por falta de confianza. Un reboteador de mucha valía, con juego intenso en la zona tanto de cara como de espaldas, se ha ido alejando al triple para verlas venir desde ahí. Y si el acierto no acompaña, poco más que hacer.
Una de las cosas que se le están achacando a Ergin Ataman en la utilización del jugador madrileño es que la estrategia se basa en lo dicho, esperar a que le llegue el balón movido en una posición franca para tirar triple. Y el aporte no es mucho más. Pero no todos los días son la final del EuroBasket 2022, en la que los 27 puntos de Juancho (con 7/9 en tiros desde la larga distancia) fueron capitales para cazar el oro. En la Euroliga empezó con ímpetu, un doble-doble (13+10) frente al Olympiacos, pero se ha diluido hasta el extremo: ha anotado cuatro puntos en total durante los últimos cuatro encuentros; en el duelo contra su hermano lanzó sólo una vez a canasta en 18 minutos. Son números que preocupan a estas alturas.