El Madrid vive con dos maldiciones
El equipo blanco aún no ha ganado fuera. Son seis derrotas, cuatro en la Euroliga por el letal bache del último cuarto: 12 puntos de diferencia media en contra.
Sabon Lee heló la sangre de la expedición madridista en el Aleksandar Nikolic Hall de Belgrado (Serbia). El estadounidense derrumbó al Madrid en el último segundo con una canasta a media distancia que Gabriel Deck defendió a las mil maravillas. El argentino nunca le soltó en la defensa individual. Saltó cuando su par salto. Colocó bien la mano cuando su rival lanzó.
Pero nada de eso importó. Lee anotó e infligió al Real (79-78) su cuarta derrota en la Euroliga. Es la sexta entre Liga Endesa y Europa en la media docena de partidos disputados, todas ellas lejos del WiZink Center. El Madrid aún no sabe lo que es ganar a domicilio en lo que llevamos de temporada… si dejamos al margen el triunfo en las semifinales de la Supercopa Endesa frente al Barcelona en Murcia.
Desde que se instauró el sistema de todos contra todos en la Euroliga, temporada 2016-17, los madridistas nunca habían empezado tan mal fuera de casa. En las anteriores ocho campañas, siempre habían, al menos, cazado un triunfo con seis partidos a sus espaldas (cuatro en Europa y dos en España). En la 2018-19, incluso, llegaron a hacer pleno, 4 de 4. En ACB, nunca cayeron en sus dos primeras salidas en ese lapso.
El global blanco en estos 12 partidos iniciales del curso (sin contar la Supercopa) es de 6-6. Un empate entre triunfos y derrotas inédito desde 2016, cuando el Madrid siempre ha estado en positivo, con el 12-0 del curso pasado como tope. En Euroliga, si que había empezado a este mismo ritmo negativo, 3-4, previamente en el curso 2020-21. En España, en las nueve temporadas analizadas nunca había perdido tantos partidos, con siete 5-0, seis de ellos seguidos.
Último cuarto
“Nuestro equipo lo está intentando, pero no está consiguiendo por el momento ganar fuera. Tenemos que estar juntos y seguir luchando y creyendo”, aseguró Chus Mateo, entrenador blanco, tras caer frente al Maccabi por culpa de la misma debilidad que puso al equipo de rodillas en Múnich, Vitoria y Atenas, previamente: el último cuarto. Un problema del que ya habló Mario Hezonja en la previa del enfrentamiento contra los isralíes: “En los últimos cuartos debemos ser más inteligentes, creo que es cuestión de tiempo porque ahora nos sentimos un poco verdes en estas situaciones”.
El Real se queda completamente atascado en ese periodo final, forzando mucho el individual, sin fluidez y una insistencia casi enfermiza por el triple. Da igual lo bien que le hayan ido las cosas anteriormente, que cuando afronta los 10 minutos finales, se hunde. En Alemania, frente al Bayern, el parcial fue de 33-16 (-17) en contra; y en el Buesa Arena, ante el Baskonia, de 28-20 (-8). Este martes, en el infierno de La Paz y la Amistad de Atenas, contra el Olympiacos, de 23-10 (-13). Y, este jueves, en Belgrado, la ciudad donde juega el Maccabi por la invasión de Israel a Gaza, fue de 24-10 (-14).
Los blancos han perdido los actos definitivos de estos cuatro partidos por 12 puntos de media. En total, son 48 tantos de diferencia encajados, 108 a 60. “Tuvimos la opción de matar el partido cuanto teníamos ventaja. Hicimos algunos ataques malos”, continuó Mateo, que frente al Maccabi solo contó con diez jugadores sanos (tres ellos menores de 21 años, Hugo González, Sidi Gueye y Eli Ndiaye) porque a las bajas de Feliz y Garuba se unieron las de Musa (otra vez el tobillo derecho, el que se torció ante el Girona el 20 de octubre) e Ibaka (virus intestinal). Un problema sobre otro problema y toca viaje, sin respiro, a Murcia donde espera el UCAM para reeditar la final de la Liga Endesa de la temporada pasada.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.