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Bacon acusa al Panathinaikos de quererle “romper las piernas” y el club lo niega de forma tajante

Revuelo en el Panathinaikos después de que Dwayne Bacon, recientemente despedido, acusara al club de una conducta poco decorosa.

Bacon acusa al Panathinaikos de quererle “romper las piernas” y el club lo niega de forma tajante
PAULINO ORIBEDiarioAS

El escolta-alero estadounidense Dwayne Bacon fue despedido el pasado mes de abril por el Panathinaikos, equipo por el que fichó una vez empezada la temporada y que fue la segunda etapa europea del jugador tras la del Mónaco, y con posterioridad realizó una serie de graves acusaciones al club heleno. Bacon, de 27 años, un anotador fiable en las últimas dos campañas de la Euroliga, se ha dirigido públicamente desde Estados Unidos, donde se prepara para su nueva aventura.

A través de su cuenta de Instragram, en una sesión en directo, se despachó a gusto con algunas situaciones que, según su versión, se dieron a lo largo de esta campaña 2022/23, en la que el club verde terminó en la última posición de la Euroliga.

El jugador admitió que la razón por la que el club le despidió, después de expedientarle por un “altercado serio”, fue una pelea con el jugador local Lefteris Mantzoukas. “Le pegué porque me provocó”, apuntó. Bacon ya había estado varios partidos apartado de la cancha tras una noche de borrachera en Atenas con su ex-compañero Mike James, que también fue sancionado por su equipo, por lo que no era la primera vez en la que se enfrentaba con el Panathinaikos. “Promedié 17 puntos por partidos, como cinco más que el siguiente. Tuve que pasar por mucha mierda allí y, honestamente, me importaba una mierda lo de llegar a casa temprano, yo iba a cobrar igual”, relató. Fueron 16,6 en Euroliga junto a 3,5 rebotes y 2,1 asistencias, aunque su empuje no sirvió para aupar al combinado de Grecia en la clasificación (y acercarse al eterno rival, Olympiacos, que terminó en la primera plaza y aún lucha por ganar el título). La acusación más contundente fue la de varios miembros de seguridad que contrató el club, que sí admite esa parte, para vigilarle en su casa, aunque la versión que Bacon da le añade gravedad a aquella curiosa situación. “Pusieron a cuatro vigilantes en mi casa que se mantenían en la puerta para romperme las piernas si salía. Todo porque perdimos un partido. Como si fuera sólo mi culpa y no la de todo el equipo. Llegaron al vestuario y nos coaccionaron, poniendo a esos ‘seguratas’ en las casas de Paris [Lee], Derrick [Williams] y la mía. Una basura. Y tenía que jugar con eso, mis lesiones y todo lo que pasaba”, agregó. El PAO niega que a los otros dos jugadores les diera ese mismo trato (ellos, además, continúan en la plantilla) y asegura que quiso dar protección a Dwayne debido a que había recibido una serie de amenazas externas. Precisamente en la misma red social en la que hizo estas declaraciones Bacon había admitido en marzo lo mal que lo estaba pasando por estar lejos de su familia: “Echo mucho de menos a mi hijo. A veces pienso en retirarme para estar cerca de él. Amo el baloncesto, pero es duro estar fuera de Estados Unidos. Cuando eres padre tienes una responsabilidad. Claro, el dinero está bien y gano más en Europa de lo que otros lo hacen en la NBA, pero la familia está por encima de todo. A veces es duro estar tan lejos”.

La respuesta del Panathinaikos

El PAO, en un escrito remitido a la prensa local sin que por parte del club se hiciera público, relata lo siguiente:

“Durante meses hemos tratado de protegerle tanto a él como la reputación del equipo de situaciones sin precedentes. Desafortunadamente, tuvimos que romper nuestro acuerdo con alguien que nunca respetó al equipo, las reglas y al vestuario. Un equipo está regulado por ciertas leyes internas respecto a las salidas nocturnas, el consumo del alcohol y otras sustancias, horarios, comportamientos, violencia y todo lo que concierne a la vida diaria. No hay espacio para alguien que falta al respeto al Panathinaikos y sus valores”