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EUROLIGA | OLYMPIACOS 78 - MADRID 79

Aprobados y suspensos del Madrid: el ritmo del Chacho; el martillo de Llull

El equipo blanco alza la Undécima tras derrotar al Olympiacos. El canario, 15 puntos y 9 asistencias; el balear, la canasta decisiva.

Sergio Rodríguez y Sergio Llull se abrazan tras ganar la Undécima.
Sergio Rodríguez y Sergio Llull se abrazan tras ganar la Undécima.Enric FontcubertaEFE

Nigel Williams-Goss. El base mantuvo el buen nivel que lleva demostrando desde Belgrado. Serio, inteligente y con un tiro a media distancia que es desequilibrante. Bien.

Fabien Causeur. El francés de las grandes noches apareció de nuevo. De jugar lo mínimo y hacer lo mínimo, el galo resurgió. Mantuvo a los blancos a flote con tres puñaladas desde el perímetro. Notable.

Anthony Randolph. El estadounidense no está para grandes alardes tras enlazar dos graves lesiones los últimos años, pero no se arruga. Y cumplió como falso ‘cinco’ para dar un respiro a Tavares y sin Poirier. No ha perdido muñeca. Bien.

Rudy Fernández. No fue su mejor partido, pero como siempre no se escondió. Se fajó en defensa. Molestó lo que pudo en la lucha por el rebote. Bien.

Alberto Abalde. No jugó.

Adam Hanga. El húngaro, por fin, conquistó la Euroliga. Y fue clave. En defensa. Ayudando en todo lo que podía. Bien.

Mario Hezonja. La Final Four del croata ha sido un escándalo. Lució en semifinales contra el Barcelona, pero no fue nada en comparación con su labor ofensiva en la primera mitad: 12 puntos. En la segunda, se frenó en anotación, como el partido, pero siguió presionando en defensa, siendo fundamental en la zona establecida por Mateo. Sobresaliente.

Sergio Rodríguez. El canario estuvo de diez. Una vez más. Sus últimos cinco partidos en la presente Euroliga son para enmarcar. Mostró, sobre todo, un conocimiento excelso del juego. Atacó los puntos débiles del Olympiacos, manejó los ritmos… Y anotó el triple que abrió las puertas de la victoria al Madrid. Cerró con 15 puntos, 4 rebotes y 9 asistencias para 23 de valoración. Sobresaliente.

Walter Tavares. El MVP de la Final Four tuvo dos caras. En la primera parte fue claro dominador en ambas zonas, gracias a las acumulación de faltas de Fall. En la segunda, lo tuvo más complicada por la vuelta del gigante del Olympiacos. Eso sí, fue otra vez clave en defensa. Asustaba a todo griego que se acercaba a su lado. Hizo 13 puntos y 10 rebotes para 20 de valoración. Sobresaliente.

Sergio Llull. De la nada. El base menorquín estuvo oscuro durante todo el partido… pero es uno de los grandes en la historia del baloncesto europeo. Y lo volvió a demostrar en el momento indicado con la canasta que dio el triunfo al Madrid, un tiro por encima de Fall que dio la Undécima al Madrid. Sobresaliente.

Eli Ndiaye. Salió de titular. Como en semifinales y como en quinto ante el Partizán. Cumplió en sus cinco minutos en cancha. Poco más. Bien.

Dzanan Musa. El bosnio no ha tenido la mejor recta final de Euroliga. No ha encontrado su sitio, ni su momento. Y en esta final no fue diferente. Hizo solo 6 puntos. Bien.