El Gran Canaria llama al Joventut

El cuento de hadas del CB Gran Canaria en la presente edición de la Eurocup bien pareciera una historia interminable de éxitos y pasión por el baloncesto. Tras masacrar esta noche al París Basketball, el equipo insular confirma su impresionante curso continental: ya está en semifinales de la Eurocup, donde le espera el Joventut de Badalona. Una llamada y cita fijada para la semana que viene.

Con más de 8.000 almas en el Gran Canaria Arena, la hueste de Jaka Lakovic le dio apenas 10 minutos de cortesía ante un impotente rival, incapaz en todo momento de aguantar el torrente baloncestístico de un equipo lanzado, consciente de que el sueño de la Euroliga está apenas a dos partidos, en cualquier caso ambos en su tierra, allí donde el Atlántico se pierde, escenario magnífico para que la Euroliga amplíe fronteras. Pero claro, Badalona se escribe con la B de Baloncesto. Qué partido se viene. Qué pena que no puedan llegar ambos a la reunión con la élite europea.

Al menos en el primer cuarto, este partido se contaba precioso para los dos equipos. A base de acción y reacción y vuelta a empezar, el baloncesto se sentía vibrante, tanto da que fuera en una canasta o en otra, un deleite para el espectador. Comenzaba el Gran Canaria cabalgando a lomos del siempre efectivo John Shurna, que se cascó un triple para el 20-16 que suponía su 13º punto, todos los que anotó en esta mitad del duelo. Con el partido tan abierto y el intercambio de golpes sucediéndose para regocijo de propios y extraños, Bagarin llevó la voz cantante del Paris Basketball, siempre dentro del partido: 32-30 al final de estos diez minutos iniciales.

El propio Bagarin elevó el grado de insistencia de su equipo de nuevo desde más allá del 6,75, aunque por entonces a la fiesta ya se había unido, y de qué manera, Damien Inglis. El interior francés, pura clase la suya, infinito arsenal ofensivo el que es capaz de ofrecer, metió 16 puntos sin fallo en el primer tiempo, canastas de todos los colores y posiciones, indetectable dentro de la zona gala, 12 de ellos para darle el primer +10 al Granca: 46-36.

Solo pareció reaccionar el conjunto parisino cuando el partido amenazaba con romperse del todo, y con un 0-7 a su favor y 49-43 en el marcador obligó a Jaka Lakovic a parar el partido para intentar frenar este conato de remontada gala. Sin embargo, ocho puntos consecutivos de Slaughter espolearon de nuevo al Gran Canaria, que se marchó el descanso con la situación controlada: 61-48 antes.

El delirio insular continuó, todavía más, en la segunda parte. La ventaja a favor del Gran Canaria se disparó, rápidamente, hasta el 66-49 tras un gancho de Balcerowski, preparado ya para rendir en plazas mayores. Cinco puntos consecutivos del combativo Sims le dieron algo de aire al París Basketball, que finalmente terminó ahogándose ante la asfixiante presión amarilla en ambas canastas. La paliza se barruntaba tremenda, como se demostró tras aquel 3+1 que Slaughter le sacó a Toupane para poner a su equipo con un clarificador 76-56 a favor.

Si quedaba alguna duda, aquella mágica acción del escolta ‘polaco’ poco menos que obligó a firmar la capitulación a un París Basketball definitivamente rendido, enardecía todavía más la caldera en la que esta noche se convirtió un Gran Canaria Arena con más de 8.000 espectadores en las gradas. Canastas a un lado, aquí radica el primer gran éxito de Savané como presidente del club del que es el jugador más importante que ha vestido su camiseta. La historia del partido ya estaba totalmente escrita, quedando solo un mínimo resquicio final, poco más que el epílogo de esta nueva historia de éxito europeo del Granca, para conocer la distancia definitiva entre los dos equipos: 104-74.

Este duelo sirvió para confirmar el incontestable dominio del Gran Canaria en la presente Eurocup. Tras una primera vuelta imperial, tremendo balance (15-3), se ganó, con todas las de la ley, optar a la conquista de una plaza de la Euroliga, sería la segunda participación en la historia del club, en Gran Canaria. Le quedan para ellos dos partidos, siempre en la isla. Ahora le espera al Joventut, al que ya ganó hace nada en la ACB: 100-88. Cada vez quedan menos horas de sueño. Si suena el despertador, que sea para bien, sin esos cinco minutos más. Es la magia del baloncesto.